Los líderes de la Unión Europea (UE) dieron luz verde al acuerdo de mínimos para crear un presupuesto de la eurozona en la segunda jornada de una cumbre
Los líderes de la Unión Europea (UE) dieron luz verde al acuerdo de mínimos para crear un presupuesto de la eurozona en la segunda jornada de una cumbre que no permitió despejar la incógnita sobre el relevo de los altos cargos en las instituciones comunitarias.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, a excepción del Reino Unido, dedicaron el breve encuentro de este viernes a validar el pacto cerrado por el Eurogrupo la semana pasada y a pasar de revista, durante apenas unos minutos, a la situación de un "brexit" paralizado a la espera de que en Londres se elija al nuevo primer ministro británico.
El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, pidió a su llegada a la reunión "nuevas directrices" a los mandatarios para seguir avanzando en la reforma de la eurozona, pero estos se limitaron a poner el sello a lo pactado y encomendar a los ministros seguir trabajando.
No hubo nuevos impulsos ni consignas más allá de pedirles que decidan cuanto antes de dónde saldrán los fondos del embrionario presupuesto para la eurozona.
Las bases sentadas por los ministros son las de un presupuesto muy lejos del bazoka anticrisis que pedía el presidente francés, Emmanuel Macron, pero suponen un avance si se tiene en cuenta el rechazo a este instrumento que imperaba hace un año y que hoy mantiene vivo especialmente Holanda.
Los países podrán utilizarlo para costear reformas e inversiones para mejorar la competitividad y la convergencia económica entre socios del euro, pero no como reserva para afrontar crisis puntuales, como reclaman España y otros países.
Una parte del mismo saldrá del presupuesto común de toda la UE, pero los Gobiernos discrepan sobre si este monto podría complementarse con contribuciones adicionales de los países del euro, como reclaman Francia y Alemania.
En este sentido, los líderes pidieron a sus ministros que les "informen rápidamente sobre las soluciones adecuadas para la financiación", algo que "debería ser acordado como un tema prioritario" para permitir fijar el volumen que tendrá el presupuesto dentro de la negociación del Marco Financiero Plurinual 2021-2027.
La escueta declaración aprobada también pide terminar para diciembre de este año los cambios en el tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), destinados a reforzar su poder en futuros rescates y hacer más eficaces sus líneas de financiación preventiva.
En cuanto a la Unión Bancaria, los líderes se limitan a decir que desean continuar trabajando para reforzarla.
La cuestión clave, aunque no se menciona explícitamente, es la puesta en marcha del Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, un pilar esencial para el funcionamiento de la eurozona pero que genera recelos en Alemania y otros países, que temen acabar pagando los desmanes de la banca de otros Estados.
Fuentes del Gobierno explicaron antes del final del encuentro que el objetivo era "por lo menos salvar" el acuerdo de "mínimos" del Eurogrupo y admitían que las discusiones estaban siendo "difíciles".
Al final de la reunión, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoció que el acuerdo no es todo lo "contundente" que quería España, que reclama que el presupuesto tenga una función estabilizadora y el sistema de garantía de depósitos, pero defendió su relevancia.
"Lo que hemos logrado es suficientemente significativo para dotar a la zona euro de mayores herramientas para responder ante crisis financieras. Ahora lo importante es ejecutarlo", dijo.
RENOVACIÓN INSTITUCIONAL
Por otro lado, aunque no estaba oficialmente en la agenda, la fallida renovación de los altos cargos comunitarios siguió coleando durante la jornada.
Los líderes constataron la falta de apoyo a los tres candidatos designados, "Spitzenkandidaten" en la jerga comunitaria: el alemán Manfred Weber por el Partido Popular Europeo, el holandés Frans Timmermans por el Partido Socialista Europeo y la danesa Margrethe Vestager por los liberales.
Su fracaso despeja el camino para barajar otros nombres, algo que satisface especialmente a Macron, principal opositor a este sistema.
El presidente francés confió en que durante la semana próxima "emerjan los cuatro o cinco nombres principales" que permitan conseguir un equilibrio.
Al mismo tiempo, los socialistas empiezan a asumir que la presidencia de la Comisión, joya de la corona, podría recaer de nuevo en los populares, vencedores de las elecciones.
"No renunciamos a la presidencia de la Comisión. Nos habría encantado que fuera Frans Timmermans pero si finalmente no es el caso, pues es evidente que sí puede haber un presidente de la Comisión del Partido Popular Europeo", dijo Sánchez, que lidera la negociación en nombre de la familia socialista.
Los líderes celebrarán otra cumbre el 30 de junio para lograr un acuerdo antes de que el 2 de julio empiece a funcionar la nueva Eurocámara.
BREXIT
En cuanto a la salida del Reino Unido, los líderes reiteraron que el acuerdo de retirada cerrado en noviembre pasado entre Bruselas y Londres no se renegociará, pese a que los candidatos a suceder a Theresa May en la jefatura del Gobierno británico piden hacerlo.