Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la FDA, la agencia de alimentos y medicamentos, de EEUU, que investigan las lesiones pulmonares asociadas al uso del cigarrillo electrónico, han constatado que las investigaciones realizadas indican que los productos que contienen acetato de vitamina E y tetrahidrocannabinol (THC), el principal constituyente psicoactivo del cannabis, una sustancia no autorizada,
adquiridos fuera de los circuitos comerciales legalizados están vinculados a la mayoría de los casos analizados.
Los últimos datos aportados por los CDC concluyen que
estas sustancias fueron adquiridas fundamentalmente en "fuentes informales", habitualmente por Internet o a través de amigos.
En concreto, con datos de enero de 2020, indican que
el 82% de los pacientes hospitalizados informaron de que habían consumido productos que contenían THC y un tercio afirmó que sólo había utilizado este tipo de sustancias.
Además,
casi el 80% aseguró que para la adquisición de estos productos sólo utilizaba fuentes 'informales' y un 6% indicó que compaginaba éstas con los circuitos comerciales autorizados.
Los CDC siguen realizando estudios para elaborar una exhaustiva guía médica y
poder identificar otros productos de interés que puedan aportar más datos sobre los problemas generados.
Hasta el pasado 14 de enero, los datos recogidos por los CDC informan que
se han producido un total de 2.668 casos de lesiones pulmonares, con 60 muertes en 27 estados de EEUU. La tasa de visitas centros médicos por estas causas alcanzó la cota más elevada el 8 de septiembre de 2019 y se ha reducido más del 80% en el presente mes de enero.
Estos centros de prevención
aconsejan que los que usen cigarrillos electrónicos lo hagan con el objetivo de no volver a fumar, que se informen sobre los medicamentos autorizados
para dejar el tabaco y que consulten con el médico sobre cuál debe ser el mejor método para combatir el tabaquismo. Insisten en la necesidad de seguir estudiando las consecuencias para la salud de estos dispositivos y que hagan saber a sus médicos cualquier anomalía que pueda producirse.