Así lo manifestó Iglesias a su llegada al aeropuerto de Santiago de Compostela, después de tomar la decisión de abandonar el país ante la indeterminación en el plazo de resolución de la situación ocasionada tras el choque del pesquero con otro barco chino, que acabó hundiéndose, hace dos meses a 14 millas de Cabo Blanco.
En un primer momento, y tras la denuncia por vía penal presentada por la sociedad propietaria del otro barco, de capital chino y bandera mauritana, llevó el caso un juzgado de Nuadibú que, seguidamente, remitió a otro juzgado en la capital, Nouakchott, donde “está parado porque dicen que van a juzgar al capitán” de costa, José Portas, de Marín, precisó Iglesias.
Por el momento, el capitán, que lleva siete meses embarcado, permanece en Mauritania con una fianza, por lo que Iglesias supone que “tendrá miedo”.
La incertidumbre es la razón que llevó a Iglesias a abandonar el país y el barco, porque “los problemas ahí son de dar y tomar. No os informan. Cuando fue de la zona prohibida hablé y me ahorré 200.000 euros de multa”, dijo.