Las inmediaciones del punto limpio de
Los Guijos registra diariamente una intensa circulación de
camiones destartalados. Los vehículos estacionan el tiempo justo para cargar y descargar mercancía y poner rumbo de manera inmediata a la estación marítima para
embarcar rumbo a Tánger. En la aduana,
no todos continuarán su viaje.
El cabo primero del
Seprona en Algeciras, Juan Antonio Ayllón, asegura que la Guardia Civi
l no ha detectado redes organizadas de tráfico de residuos peligrosos en la comarca. Pero las actuaciones contra transportistas que atraviesan España cargados con
colchones desvencijados, neumáticos y, lo que preocupa especialmente a las autoridades,
piezas mecánicas de coches usados o de
electrodomésticos y todo tipo de dispositivos electrónicos
son incesantes desde hace dos o tres años..
“Camiones y residuos se trasladan a África, a países como
Ghana o Senegal, Egipto y Nigeria, con la intención de realizar una
valorización”, explica, dándole una segunda vida en la economía local a componentes manipulados sin seguir las estrictas normas de seguridad europeas o fundiendo metales.
Los
motores se consideran residuos contaminados con sustancias peligrosas. Si se han descontaminado, los propietarios deben presentar documentación que lo acrediten para poder embarcar. Otras partes de los automóviles, electrodomésticos y dispositivos electrónicos requieren igualmente el
certificado medioambiental que garantice su reutilización. Además, si no se ha realizado debidamente el procedimiento de notificación y autorización por escrito del traslado de los residuos hacia países africanos, puede ser constitutivo de un
delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.
Es igualmente importante el
volumen de residuos. El Código Penal, en su artículo 326.2, que castiga con una pena de
tres meses a un año de prisión este delito, pone como condición el traslado de una
cantidad no desdeñable de residuos. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd) tomar por bueno el criterio emitido por el Ministerio Federal de Agricultura y Silvicultura, Medio Ambiente y Gestión del Agua de Austria, que considera como tales una cantidad superior a
25 kilos en caso de residuos peligrosos según el Acuerdo Europeo para el transporte de mercancías peligrtosas, superior a
1.000 kilos en el caso de residuos no peligrosos incluidos en dicho acuerdo o una cantidad de más de
10.000 kilos en el caso de residuos no peligrosos.
A la exigente normativa vigente, hay que sumar las
trabas del idioma, porque la mayoría de los conductores son extranjeros, para el control de esta práctica ilícita. En menor medida, también los residuos peligrosos también se tratan de exportar por medio de contenedores. Hay que recordar que el trasiego asciende a
5,1 millones de unidades al año en el Puerto de Algeciras y, en camiones,
373.875.
En cuanto a la entrada a España, el cabo primero del Seprona apunta que lo más habitual es encontrar
chatarra que abastece la fundación de firmas de gran tamaño como Acerinox, instalada en la zona, por medio de empresas medianas. Las irregularidades detectadas en estos supuestos también tienen que ver con falta de documentación o que esta esté
incompleta al no incluir el origen o no contar con todos los permisos para alcanzar el destino porque, por ejemplo, las instalaciones no cuenten con la preceptiva licencia. En alguna ocasión se han topado con residuos radioactivos. Y los que tiene como fin del viaje el
vertedero de Nerva han abierto polémica y en contadas ocasiones no han pasado el control.
Incidencias similares se han producido con
Gibraltar, concluye Ayllón, que no tiene capacidad para gestionar ni los residuos sólidos urbanos ni tampoco los peligrosos, que acaban en la comarca.
Principales actuaciones del Seprona de Algeciras en el puerto
Operación Transcar. En 2014, se investigaron a nueve personas y tres instalaciones de gestión de vehículos al final de su vida útil de diferentes provincias de Andalucía por delitos de traslados transfronterizos de residuos o peligrosos con destino a países como Egipto y Nigeria.
Operación Stalo. En 2019, se investigaron exportaciones de chatarras edesde 2017 y se detectaron 84, con 1,2 toneladas de hierro y acero cuyo origen eran países no pertenecientes a la UE y que fueron importados a España con graves irregularidades en la documentación presentada que determinaban los traslados como ilícitos. Se investigaron concretamente dos empresas y sus responsables como presuntos autores de un delito de traslados transfronterizos ilícitos.
Operación Altzairu. Cerrada en junio, se abrió en 2018 tras una inspección en las instalaciones de una empresa gestora de residuos metálicos en la que se comprobó irregularidades en la mayoría de los 1.900 documentos analizados. La investigación concluyó que la firma importó 40.000 toneladas a unas instalaciones en otra región, cuando realmente el destino eran las propias instalaciones de la comarca, que carecía de autorización.
Operación Printilo.
Iniciada en 2020 tras la detección del almacenamiento en una nave de La Línea de 2.921 kilogramos de residuos de tóner procedentes de un traslado ilícito desde Gibraltar que tuvo lugar en el año 2018. Se investigó como responsable de un delito conta los recursos naturales y el medio ambiente al administrador de la empresa importadora.