Antonio Pampliega es periodista especializado en zonas de conflicto. Ha cubierto guerras en Somalia, Afganistán, Irak, Ucrania o Siria. En este último lugar estuvo 299 días secuestrado por Al Qaeda en 2015. Tras su liberación aún le quedaron ganas de seguir informando en países en guerra. Ahora presenta su último trabajo, 'Flores para Ariana', un relato que gestó durante su cautiverio y que denuncia la situación de la mujer en Afganistán.
¿Cómo fue ese secuestro?
Estabamos trabajando Ángel Sastre, Jose Manuel López y yo en la ciudad de Alepo realizando diferentes reportajes en el mes de julio de 2015 e íbamos a estar entre una semana y diez días para realizar el trabajo. En ese tiempo nuestro traductor, que se llamaba Osama, era quien nos iba a hacer de guía por la ciudad, y él es quien acabo traicionándonos y vendiéndonos a una célula de Al Qaeda en Siria. Así que, por ese motivo nos secuestraron.
¿Qué le hacía mantener la esperanza durante todos esos meses?
Los tres primeros fueron más livianos, porque nos encontrábamos los tres periodistas españoles juntos, y si alguno tenía la moral por los suelos, recurría al otro. Los ultimos 7 meses yo estuve totalmente solo en una habitación aislado de mis compañeros. En esos 200 días yo recurría mucho a Dios, rezaba todos los días, y a mi familia, mantener la esperanza de que cuando saliese del secuestro podría volver a verlos y abrazarlos y decirles muchísimas cosas que durante años pues no les había dicho.
¿Cuál fue el motivo del secuestro?
No lo sé. Lo único que te puedo decir es que nos secuestraron porque éramos los únicos periodistas que estábamos trabajando en Alepo y que también tras nuestro secuestro no volvieron a entrar periodistas allí. Así que imagino que fue un mensaje al resto de compañeros. Desde las guerras de la Primavera Árabe, la prensa ha sido objetivo de los diferentes grupos. Desde Al Qaeda que secuetra periodistas en Siria, hasta Estado Islámico que los decapita. Nos hemos convertido en testigos incómodos y en una guerra los testigos incómodos hay que silenciarlos.
¿Qué fue para usted lo peor y lo menos malo?
Lo peor es estar solo. La soledad fue para mí el mayor castigo mas que de los golpes, interrogatorios y amenazas de muerte e incluso que me llevaran a simular una ejecución. Te encierran en una habitación con todos tus miedos, con sentimiento de culpa por la situación en la que estás. Y la incertidumbre de no saber si te van a vender, te van a matar o qué van a hacer contigo..
Entiendo que temió por su vida…
Sí, los 299 días que estuve en cautiverio. Eres consciente de dónde estás secuestrado. En Siria en un país donde a los periodistas los decapitan. Y tú eres periodista en Siria. Nadie te garantiza que te vayas a tu casa. Y ellos no están por la labor de decirte que todo va a salir bien y que te vas a ir a tu casa.
¿Qué sintió en su liberación?
Pues fue uno de los momentos más complicados del secuestro. Porque te ponen un teléfono delante y te dicen que tienes que llamar a tu casa. Para mí el mundo se había parado durante todos esos meses. Pero para mi familia no. La incertidumbre de si les ha pasado algo a mi familia, eres consciente de la realidad, llamar a casa y preguntar si todos están bien fue para mí un momento muy complicado. De hecho, durante esos diez meses perdí a mi tío, no me pude despedir de él. Se lo llevó un cáncer.
¿Qué persona ha sido después de todo esto?
He intentado ser mejor persona y sobre todo aprovechar más la vida, que es una cosa que no nos damos cuenta. Con esta vida que llevamos pensamos que siempre va a haber un mañana y te pasan cosas para darte cuenta que no es así. Así que intento aprovechar la vida y disfrutarla. Eso a nivel personal, a nivel profesional me he dado cuenta que ningún reportaje vale mi vida y hasta ese momento no me había dado cuenta.
¿Le ha afectado a su vida personal?
Me ha afectado porque cuando sales de una situación tan traumática como un secuestro no tienes los pies en el suelo. Nadie está preparado para sobrevivir a un secuestro y lo que te encuentras tampoco lo sabes manejar. Piensas que eres superman y que no necesitas ningún tipo de ayuda psicológica ni terapéutica que por supuesto, no tiene estrés postraumático y caes en espirales nocivas que controlan tu vida diaria.
Ha presentado su nuevo libro. ‘Flores para Ariana’, ¿cómo ha sido el proceso de gestación?
Ese libro se empezó a escribir durante el secuestro. En el mes de octubre de 2015 me separan de mis compañeros y me meten en una celda y los secuestradores me dan un cuaderno y un boli y me dicen que puedo hacer lo que quiera, pero lo que yo escriba se va a quedar allí. Al mes y medio Ariana y esa historia es la que me transporta fuera de esa celda y dejo de pensar en mi día a día. Era motivador escribir esa historia.
¿Qué le diría a los secuestradores?
No les diría nada. Entraron en mi vida en julio de 2015, salieron de mi vida en mayo de 2016 y no les diría absolutamente nada. No me sentaría con ellos a hablar. No merecen mi tiempo.
¿Cuál es la situación de las mujeres en Afganistán?
Comienza a ser desesperante, porque los talibanes aunque quieras blanquearse y decir que han cambiado lo que hacen es prohibir que las mujeres practiquen deporte, prohibir que la televisión nacional emita películas donde aparezcan mujeres, el precio del burka se ha disparado, cambiaron el Ministerio de la Mujer, que se creó con la caída de los talibanes por el de la prohibición del vicio, poco a poco les han robado la libertad y los derechos, por eso es normal que las mujeres no quieran quedarse en Afganistán, porque no tienen derechos. No hay esperanza allí. No, ni futuro. están condenadas de nuevo a vivir bajo la sombra de los talibanes y me temo que esta vez se van a quedar más tiempo que en el período anterior, que fueron seis años.
¿En qué se ha fallado?
Occidente no se ha involucrado realmente. En Afganistán hemos estado 20 años pero no ha habido una voluntad de cambiar las cosas. La invasión en 2001 fue consecuencia de la caída de las Torres Gemelas , si no hubieran caído, este país no hubiera estado en la hoja de ruta de Occidente y las mujeres no hubieran estado dominadas por los talibanes. Lo que ha ocurrido es que se ha eliminado a Al Qaeda y no hay entonces motivo ninguno para quedarse en Afganistán. Por lo tanto, Occidente se retira y le deja el poder a un gobierno afgano títere y corrupto durante los últimos 20 años y la consecuencia es que en 8 días los talibanes tomaron el país entero. Un país con una extensión como España. Es absurdo todo.
¿Cuál es el motivo de este libro?
Era intentar abrir los ojos a la gente en España y que se de cuenta de la suerte que ha tenido de nacer donde ha nacido, porque al final es cuestión de suerte. Nacer en España o nacer en Afganistán. Ni en mis peores pesadillas pensé que cuando publicara el libro, los talibanes iban a volver a estar. Y gobernando. Que la gente entendiese cómo era vivir bajo el régimen talibán. La historia que cuenta Ariana, que es desde 1996 al 2001, resulta que es la misma que van vivir muchísimas mujeres afganas. Otro motivo es que uno que es periodista y ha viajado muchas veces a Afganistán y se da cuenta de que a nadie le interesa y que los reportajes que uno va haciendo se van quedando en el tintero y por ello creé un universo y un personaje para aunar todas esas historias que a mí durante casi 11 años me han contado muchas mujeres.
¿Por qué miramos hacia otro lado?
Porque no nos interesa, ni tampoco Siria ni Venezuela. Bastante tenemos con mirarnos al ombligo, una cosa curiosa porque pensamos que lo que ocurre en esos sitios no nos van a afectar porque es "cosa de moros". Si EEUU y Occidente se hubieran tomado en serio a los talibanes cuando tomaron el poder no les hubiesen tirado las Torres Gemelas, si europa y occidente hubieran tomado en serio al Estado Islámico cuando aparece en 2013, seguramente no hubiere habido atentados ni en Barcelona,ni en Niza, ni en Bruselas o París. El problema es que nos da igual. Vivimos mirándonos el ombligo y porque todo esto ocurre, pensamos, muy lejos.
¿Volveria a ser corresponsal de guerra?
Sí. De hecho, después del secuestro he vuelto a trabajar en Irak, Afganistán, México... he seguido haciéndolo. La pregunta sería, ¿lo harías ahora que tienes una niña de 15 meses? pues a lo mejor te diría que no y ya no tengo esa motivación. Porque el periodismo en España está como está y claro no tiene sentido que yo me juegue la vida por 25 o 30 euros que nos paga un medio de comunicación español. Y después obviamente por mi hija. Ella no ha elegido mi profesión y no sería tan egoísta ... ahora mismo me debo a ella.
Después de todo... ¿a qué tiene miedo?
A que me vuelvan a secuestrar. De hecho cuando volví a Afganistán en 2017, ahí es cuando me di cuenta que tenía estrés postraumático y pánico. Ahora. a dejar a mi hija huérfana. Desde que ella nació no he viajado.
¿Qué planes tiene de futuro?
Se presenta un 2022 con bastantes proyectos. Uno de ellos es un documental sobre las jugadoras de la Selección Nacional de baloncesto en silla de ruedas en Afganistán, durante el mes de agosto estuve ayudando a muchos afganos a salir del país pero ellas se me quedaron. en la puerta. El día del atentado en el aeropuerto estaban allí y desde ese momento la evacuación se cortó. Desde ese momento hasta el día de hoy, todos los días ellas me van mandando videos de su día a día. Lo que estoy haciendo es documentar cómo es el día a día de la viuda de una mujer discapacitada, deportista, en el Afganistán de los talibanes. Y por otro lado, un nuevo libro, un ensayo con Península, sobre la Guerra Civil española.