Susana Díaz constató el lunes pasado que la división socialista en torno a su liderazgo en la formación es tan profunda que incluso genera
tensión en la agrupación provincial de Sevilla, su casa, la más afín a la expresidenta de la Junta. Si bien la Ejecutiva votó a favor de mantener el calendario de congresos, el debate está abierto y la opción de reclamar un adelanto, tal y como hizo Juan Espadas, el alcalde de la capital y presumiblemente su principal rival en las primarias, gana adeptos.
No en vano,
al término de la reunión, la secretaria general del PSOE-A conoció que definitivamente
perdía la provincia de Cádiz.
Veintinueve cargos públicos y orgánicos afines a Irene García urgieron a las direcciones regional y nacional a poner en marcha el proceso de renovación de la cúpula del partido. Hasta entonces, se habían producido algunos pronunciamientos aislados de referentes de familias socialistas minoritarias. La información publicada por los periódicos Viva, con declaraciones de hasta ocho de la lista justificando el paso adelante, ha sido interpretada como una
ruptura con el oficialismo pero también, en clave doméstica, un golpe de autoridad.
Por un lado, alcaldes como el de Rota o Sanlúcar, Javier Ruiz y Víctor Mora, advirtieron de que
alargar una decisión hasta final de año les “distrae” de lo verdaderamente importante: la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas y sociales que están capeando, denuncian, sin el apoyo de la Junta de Andalucía.
Elena Amaya, alcaldesa de Puerto Real, atendía al teléfono después de participar en un acto reivindicativo con sindicatos para evitar el cierre de la planta de Airbus en la localidad. “Solo tengo cabeza para esto”, sostenía.
La hoja de ruta de Susana Díaz solo les trae problemas porque el ruido orgánico sube decibelios por día.
Por otra parte, el primer edil de Grazalema y presidente de la Mancomunidad de Municipios, Carlos García, advertía de que Juanma Moreno podría convocar elecciones anticipadamente según el resultado del 4M en Madrid y la evolución de la pandemia.
“No nos pueden marcar los tiempos”, subrayaba. Es importante, por lo tanto, contar con un candidato consensuado. García, implícitamente, daba por amortizado a la expresidenta.
Finalmente, el alcalde de Algodonales, Ángel Acuña, defendió la necesidad de celebrar primarias para centrar el tiro.
“Ahora mismo hay gente que está interesada en confundir los dos debates, el debate regional y el provincial”, advertía. “Creo que hay una mayoría clara y suficiente en torno al liderazgo de Irene García que nadie discute”, añadió. Y lanzó un tercer mensaje al respecto: “Hay quien intenta confundir, dando a entender mayorías (en el seno del partido) que no se tienen”. Elena Amaya también lanzó un torpedo contra quienes se empeñan “en hablar en boca de Irene García”. “No es necesario -argumentó-,
ella siempre habla alto y claro”.
Desde este pronunciamiento, han reclamado primarias las diputadas nacionales Eva Bravo, jerezana, y María Jesús Castro, isleña que pone tierra de por medio con Fernando López Gil y la alcaldesa, Patricia Cavada, estos dos últimos,
de los pocos susanistas reconocidos en la actualidad. Y todas las facciones del PSOE de Cádiz
se dieron cita el viernes por la tarde en Chiclana para mantener un encuentro con Espadas para poner de manifiesto que la celebración de primarias cuanto antes es la prioridad de todas ellas pese a las diferencias latentes.