Los trabajadores de Puleva Granada y la empresa se han reunido este lunes en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales (Sercla) para tratar de acercar posturas sobre la negociación del nuevo convenio colectivo, un encuentro que se ha saldado sin éxito, por lo que las partes se han emplazado a una reunión en este organismo para el próximo viernes bajo el "preaviso de huelga" anunciado en el sector.
Desde el comité de empresa de Puleva, que fue adquirida en 2010 por el Grupo Lactalis, han explicado que en caso de no cerrarse un acuerdo, se llevará a cabo un calendario de movilizaciones en la factoría de Granada que incluirá paros parciales de tres horas en todos los turnos los días 26, 27 y 28 de noviembre, así como el 3 y 4 de diciembre. A ello se suman tres jornadas completas de huelga el 5, 10 y 11 de diciembre.
El presidente del comité de empresa de Puleva Granada, Manuel Garrido (CCOO), ha relatado en declaraciones a Europa Press que en el encuentro de este lunes no se han logrado acercar posturas sobre la bajada salarial superior al 15 por ciento que pretende aplicar la empresa, que lo justifica en un descenso de las ventas, mientras que los sindicatos lo ven "desproporcionado".
En este contexto, las partes han convocado dos nuevos encuentros para esta semana --el martes y el jueves-- en las instalaciones de la empresa con la pretensión de seguir avanzando en las negociaciones de cara al encuentro previsto el viernes en el Sercla.
Los trabajadores insisten en que el nuevo convenio colectivo que ahora es objeto de conflicto estaba "prácticamente cerrado" tras casi un año de negociaciones, pero la empresa "ha dado un giro radical" y propone un empeoramiento de las condiciones laborales y salariales, lo que afectaría a unos 500 empleados que operan en la fábrica granadina y en el área de administración.
Por ello, reclaman que se retomen las negociaciones tomando como base el principio de acuerdo que ya se había alcanzado en septiembre y en el que la plantilla ya había aceptado una reducción del siete por ciento del salario renunciando a diversos complementos.
Desde el comité de empresa temen además que la dirección de Lactalis esté dilatando las negociaciones para agotar los plazos y poder aplicar a los trabajadores de Puleva el convenio del sector, lo que disminuiría considerablemente sus nóminas, "llegando en algunos casos al salario mínimo".
El Grupo Lactalis defiende por su parte que la situación actual de mercado, "caracterizada por una fuerte presión sobre los precios", le obliga a entablar una nueva fase en la negociación del convenio colectivo de la fábrica de Granada que permita recuperar la competitividad de la misma.
"Sólo de esta manera Lactalis podrá asegurar la viabilidad a largo plazo de la empresa en un entorno económico y de mercado difícil". Así, la intención de la compañía es continuar dialogando activamente con sus trabajadores y poder llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, según detalló en su día la empresa en un comunicado.