La Guardia Civil ha detenido a tres jóvenes en Fuente Vaqueros (Granada) y de Granada capital, de entre 19 y 27 años de edad y todos con antecedentes policiales, como presuntos autores de cuatro delitos de robo con fuerza en las cosas en viviendas de la localidad y dos delitos de robo con fuerza en las cosas en la Protectora de Animales, en los que supuestamente se apoderaron de dos perros pitbull y un perro bulldog francés para usarlos en las peleas ilegales.
Según han informado fuentes del cuerpo armado, estos robos generaron una gran alarma entre los vecinos y, por ello, se intensificaron las labores de investigación hasta que agentes del Área de Investigación del puesto de Pinos Puente se hicieron cargo de las pesquisas y en las inspecciones oculares que realizaron en las viviendas asaltadas encontraron indicios que los pusieron sobre la pista de un sospechoso, un conocido delincuente de Fuente Vaqueros.
Al detener a este joven, la Guardia Civil averiguó que en los robos también habían participado otras dos personas y, además, averiguó que tenía en su poder el perro bulldog francés y que los otros dos perros los tenía el detenido de Granada.
Los agentes descubrieron que escondían a los perros sustraídos en una cueva situada en el paraje conocido como Cruz de la Rauda de Granada y pudieron comprobar que los canes desde que fueron sustraídos habían cambiado sustancialmente pasando de estar muy delgados a gordos y presentan numerosas heridas en la cara y en las orejas.
La Guardia Civil ha averiguado que este último joven detenido se dedica a engordar y a entrenar a este tipo de perros para utilizarlos luego en peleas ilegales y la Guardia Civil sospecha que el perro recuperado en Fuente Vaqueros servía de "sparring" para los otros dos.
Según la veterinaria que ha atendido a los perros recuperados, las heridas incisivas que presentan en la cara y orejas son las típicas que sufren estos animales cuando participan en peleas y se da la circunstancia de que uno de los perros pitbull iba a ser adoptado antes de que fuera robado pero, una vez recuperado, las personas que lo pretendían ya no quieren adoptarlo por sus heridas y por miedo a que el entrenamiento al que ha sido sometido le haya afectado psicológicamente.