Antaño Granada llegó a convertirse en el primer productor nacional de tabaco, con un 70% del total recolectado en el país,
y ahora lo es de cannabis en relación a la población. A lo largo de toda la provincia se reparten cultivos ilegales de esta planta, en zonas rurales que hace apenas veinte años vivían del tabaco.
En las calles de pueblos como Atarfe o Peligros está presente el olor a esta planta. También lo está en la vega de Genil, llena de secaderos de ladrillo y de chopo, de los cuales pocos no tienen uso.
Cuando bajó el tabaco, subió el cannabis
Hoy día quedan aproximadamente unos 300 de los 6.000 secaderos de tabaco que fueron censados a mediados del siglo XX. Todavía conservan algunos de ellos el olor a tabaco negro, buena tierra, agua buena y accesible y otras características que hacen de ellos lugares proclives para el cultivo del cannabis.
Curiosamente,
el auge del cannabis vino a coincidir con la caída del tabaco, y también con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Aún recuerda Joaquín Matilla cómo su madre le secaba las plantas con lejía, allá por el año 2008. La mujer le decía “cuando tengas tu casa, planta lo que quieras, pero aquí no”.
Una década que ha dado mucho de sí para un emprendedor
En la actualidad no solo planta para autoconsumo, sino que es propietario de una cadena de grow shop,
Matilla Plant, en la que trabaja una docena de personas, y en cuya tienda online se venden semillas,
armarios para cultivar, y demás elementos relacionados con esta planta. La fundó en aquel año mismo, 2008, con el dinero que recibió como indemnización en una empresa de automoción.
Tan solo en Granada existen aproximadamente 600 tiendas como la suya, dedicadas a la venta de abonos, fertilizantes, focos y semillas. Un número mucho más alto que el de Madrid, y que triplica al de Barcelona, que era la antigua referencia en este país. En estas tiendas todo es legal, y todas ellas consiguen hacer negocio.
El resultado: un negocio exitoso que no cierra sus puertas al mediodía
Tanto es así, que
en Matilla Plant hay gente esperando incluso antes de abrir. Durante toda la jornada se recibe a gente sin parar, por lo cual el horario es ininterrumpido, de mañana a noche. No hay un perfil concreto de cliente, ya que los hay de todas las edades, sexos y etnias.
Defiende Joaquín que: “Del cannabis comemos muchos, está muy repartido”. A lo que añade que “La marihuana le da de comer a muchísimas familias que, por culpa de una crisis que ninguno de nosotros provocamos, perdieron su empleo; gracias a sus cultivos van pagando su hipoteca o le dan de comer a sus hijos”.
20.000 personas se podrían estar dedicando al cultivo del cannabis en Granada
Calcula Joaquín que
aproximadamente 20.000 personas se dedican al cultivo de cannabis en Granada. En su opinión: “Es injusto que se hable mal de la marihuana, porque ha hecho mucho bueno en Granada”.