La Audiencia de Granada ha condenado en firme a tres años de prisión a la que fuera administradora única de Ron Montero por el accidente laboral registrado en julio de 2014 en la fábrica de Motril (Granada), donde se produjo una explosión que se saldó con tres trabajadores heridos graves, uno de los cuales murió días después en el hospital.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, desestima el recurso que la procesada, A.M.T, presentó contra la sentencia que la condenó en primera instancia y confirma íntegramente su pena como autora de un delito de homicidio por imprudencia grave y de dos delitos de lesiones por imprudencia grave.
En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a uno de los trabajadores, Manuel G.R., con 268.641 euros, y al otro, Miguel L.V., con 392.015 euros por las lesiones causadas en el accidente. Además, la Audiencia acepta la pretensión del primero de los empleados de ser indemnizado en 12.000 euros por la pérdida de su hermano en este siniestro laboral.
Contra esta sentencia no cabe recurso alguno, tampoco ante el Tribunal Supremo, tal y como ha precisado la propia Audiencia Provincial en un auto aclaratorio dictado a finales del pasado julio.
El accidente se produjo sobre las 16.00 horas del 2 de julio de 2014, cuando se encontraban en la fábrica de Ron Montero sus tres trabajadores.
Una vez finalizada la habitual tarea de trasiego de alcohol entre depósitos y hallándose uno de ellos prácticamente vacío, se abrió su compuerta inferior para examinar su contenido. Por esa compuerta salieron hacía el exterior vapores inflamables que se mezclaron con el aire, lo que generó una mezcla "incluida dentro de los límites de inflamabilidad".
En ese momento, los tres trabajadores se aproximaron a la escotilla que estaba abierta con un foco de luz, lo que activó una energía que al entrar en contacto con la mezcla de aire/alcohol que había en el lugar generó una explosión que produjo un incendio de gran violencia.
Los trabajadores sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado por diversas partes de su cuerpo, ante lo que uno de ellos acabó muriendo.
La sentencia que ahora confirma la Audiencia considera probado que pese a implantarse por Ron Montero un servicio de prevención de riesgos laborales, la entonces administradora, incumpliendo la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, "excluyó expresamente de la evaluación inicial de riesgos laborales la protección contra atmósferas explosivas".