“Llamarme antiamericano es como decir al Papa que odia a la Iglesia”, se defiende en una entrevista con Efe el popular documentalista, que apela en su nueva cinta, no a la comparación con Europa o Canadá, sino a la capacidad de ilusión de su pueblo, a sus bases democráticas primigenias o a las políticas del New Deal de Roosevelt.
Esas políticas que, curiosamente, sentaron el Estado del Bienestar en Europa. “No veo Europa con visión de miope, ya sé que no sois una utopía. Tenéis muchos problemas. Si creyera que es tan genial, estaría viviendo allí, pero sigo viviendo aquí, así que en realidad prefiero esto”, explica el ganador de un Óscar por Bowling for Columbine.
“Esto” es Traverse City, la pequeña localidad del estado de Michigan en la que reside, en la que ha creado su propio festival de cine y en la que convocó a la prensa internacional.
“Quería que todos vosotros viniérais al lugar al que nunca vendríais: al estado con mayor tasa de desempleo del país. Estáis en medio de la depresión”, asegura. Y en ella profundiza su película, en la que, por primera vez en su cine, el drama puede con el humor.
Y es que, después de hacer una “comedia de situación” con Charlton Heston en Bowling for Columbine o de buscar la filosofía del apoyo incondicional de Britney Spears a George W. Bush en Fahrenheit 9/11, Moore quería abordar un romance.
“Ha sido una evolución natural –bromea–, es una historia de amor de gente rica que ama su dinero. Ellos no sólo quieren el dinero, también el nuestro. Querían todo el dinero. Estaban tan enamorados de ellos mismos y de su dinero, que no pudieron pensar claro. Y, por su culpa, el resto del mundo ahora sufre”, explica.
Al decir “el mundo”, denuncia el mimetismo de Europa con la cara más feroz de los Estados Unidos. “Dejad de ser como nosotros. Vuestra sociedad sufrirá si privatizáis la sanidad, si retiráis el dinero de la educación, seréis como la América de mis películas”, espeta el realizador.