Para explicar el origen de Orchestrion (Warner) hay que remontarse “a finales del siglo XIX, la época de esplendor de las pianolas”, señala a Efe Metheny acerca de un instrumento cuyas teclas se movían a través de “un mecanismo activado por la rotación de una bobina de papel”.
“Mi abuelo tenía una pianola en su sótano que siempre me fascinó, y conforme pasaban los años me di cuenta de que aplicar esa idea a un nivel orquestal era un área inexplorada”, rememora Metheny, que decidió “coger un montón de instrumentos, modificarlos y traerlos al siglo XXI”.
El orchestrion es, en esencia, una pianola a la que se le añaden diferentes instrumentos, como pianos, gaitas, bajos, triángulos, bongos, marimba, vibráfono o teclado. Sin embargo, su dirección no corre a cargo de un rollo de papel, sino que es Pat Metheny quien guía todo el conjunto a través de su guitarra.
“Los primeros orchestrions usaban tecnología neumática, con el coste de que los instrumentos no sonaban todos al mismo volumen, pero hoy tenemos un sonido que procede del electromagnetismo y que te permite darle forma a las dinámicas de emociones de la música”, explica el guitarrista.
Las cinco canciones incluidas en Orchestrion suenan inusitadamente vivas y naturales, alejadas de cualquier atisbo de artificio. “No lo habría intentado si no entendiera que la tecnología ha llegado al punto en que me permite crear el tipo de música que amo, que es la música que tiene muchas esencias distintas”, asevera Metheny.