El editor Jaime Salinas, hijo del poeta Pedro Salinas y figura destacada del mundo editorial de la segunda mitad del siglo XX, ha fallecido hoy
El editor Jaime Salinas, hijo del poeta Pedro Salinas y figura destacada del mundo editorial español de la segunda mitad del siglo XX, ha fallecido hoy, a los 84 años, en Islandia, en donde residía, según han confirmado a Efe fuentes cercanas a la familia.
Jaime Salinas, que fue director General del Libro, ha trabajado en el mundo editorial español ligado a Seix Barrall y a Alianza editorial y fue también director de Alfaguara.
En 2003 obtuvo el Premio Comillas de Biografía con su libro de memorias "Travesías. Memorias (1925-1955)", en el que contaba sus primeros treinta años de vida y mostraba el placer que le producían los viajes en transatlánticos.
Hijo menor de Pedro Salinas y de Margarita Bonmatí, Jaime Salinas nació en Maisón-Carré, Argelia, en 1925. Ese mismo año su familia se trasladó a Sevilla y, en 1927, a Madrid, ciudad en la que asistiría a la proclamación de la República y en la que se forjaría su conciencia izquierdista.
La guerra civil les sorprendió en Santander, donde su padre dirigía la recién fundada Universidad Internacional de Verano. Jaime y su hermana Soledad huyeron en barco hacia el sur de Francia y en octubre de 1937 la familia se reencontró en Nueva York y se instaló en Estados Unidos, país en el que Jaime Salinas realizó sus estudios y residió tanto en la Costa Este como en California.
Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en Europa como voluntario civil en el cuerpo de ambulancias del American Field Service, y al acabar la guerra, trata de encontrar su identidad en el ambiente cultural de la Norteamérica de la época.
Casi veinte años después de haber dejado España, regresa a su país para pasar un verano en la finca de sus vacaciones infantiles e, inmediatamente después, se instala en París, donde comienza su relación con el mundo editorial.
En 1955, uno de sus primeros trabajos le llevó a Barcelona, a Seix Barral, editorial en la que desempeñó un papel clave. Fue cofundador de Alianza Editorial y participó en la creación de Alfaguara.
Con el primer gobierno socialista fue director general del Libro y Bibliotecas entre 1982 y 1985 y luego volvió a la labor editorial en Aguilar hasta su retiro. Actualmente residía en Islandia.