Esos recortables de papel de 1890, Paloma y Perro, han sido prestados por el Museo Picasso de Barcelona y son dos de las 38 obras de Picasso, Henri Matisse y Julio González que se exponen hasta el próximo 30 de agosto.
Christine Ruiz-Picasso, nuera del artista, recordó ayer en la presentación cómo vivió aquellos años en los que su suegro colaboró con Lionel Prejger, quien hizo realidad el “sueño” del malagueño de “convertir en objetos duraderos esos papelitos dispersos por todas partes”, según palabras del propio Picasso, al trasladar al metal sus siluetas recortadas en papel.
También rememoró cómo una de las obras maestras de Picasso en este ámbito, La mujer en el jardín, fue destruida por soldados franceses durante la Segunda Guerra Mundial al lanzarla por una ventana, “y desde ese momento Picasso no tuvo mucha estima por los soldados, y menos por los franceses”.
Por su parte, la comisaria de la exposición, Elizabeth Cowling, destacó la “sensación arquitectónica” que ofrece la escultura Mujer y el hecho de que las siluetas recortadas de la infancia con las que empezó Picasso en este ámbito eran “juguetes que guardó durante el resto de su vida”.
Cowling justificó la presencia de piezas de Matisse y Julio González por el hecho de ser “los dos artistas más relevantes para Picasso” en este tipo de esculturas.
En el caso de Matisse, se trata de “un gran amigo y rival de Picasso”, y a juicio de la comisaria, la decisión del malagueño de volver a hacer esculturas de chapa recortada partió “de la experiencia extraordinaria que supuso para Picasso ver a Matisse realizando siluetas de papel”.
Mujer puede considerarse incluso “un homenaje formal a Matisse”, puesto que los huecos recortados “tienen un aspecto muy orgánico, parecido a las formas vegetales que se observan en las siluetas de Matisse”, según Cowling.
Mientras, con Julio González se trata de una colaboración, ya que cuando Picasso se planteó trabajar con el metal forjado y soldado, comprobó que no tenía experiencia ni medios con este material y se puso en contacto con González, con el que creó, entre otras piezas, la citada La mujer en el jardín.
La consejera andaluza de Cultura, Rosa Torres, recordó durante la presentación que esta exposición temporal se enmarca en la serie La colección en contexto, iniciada hace dos años, y con la que se pretende “situar histórica y artísticamente en una época” determinadas piezas de la colección permanente del Museo Picasso de Málaga, en este caso Mujer, que fue donada por Christine Ruiz-Picasso.