Una década puede ser un corto periodo de tiempo si lo comparamos con los alrededor de 4.000 años que tarde el papel en degradarse. Sin embargo, cuando de lo que hablamos es de una acusación por presunta corrupción y de un juicio que se alarga excesivamente, una década puede parecer toda una vida. En concreto, esto es lo que le pasó con
el llamado Caso Acinipo al exconcejal Rafael Lara, a la actual edil en la oposición Josefa Valle, a un empresario, a un exsecretario y un arquitecto del consistorio rondeño, así como a quien fuera alcalde de Ronda, Antonio María Marín Lara, que falleció en junio de 2019 sin que le diera tiempo a demostrar su inocencia.
En esta causa, donde se investiga una presunta trama de corrupción urbanística, también estaba sentado en el banquillo de los acusados
Francisco Cañestro, exedil socialista al que la Fiscalía liberó de todos sus cargos el pasado mes de julio. Una década con una acusación de un presunto delito del que Cañestro siempre ha declarado inocente y que trajo al socialista la vivencia de momentos difíciles como la retirada de la militancia de su partido, registros en su domicilio o, incluso, pasar un tiempo en el calabozo.
Hace poco más de un mes desde que Fiscalía retirase los cargos contra uste. ¿Ha recuperado ya la normalidad?
–Cada día que pasa mi vida vuelve a ser un poco más la que era antes de que injustamente se me imputara en una causa, que me ha hecho pasar mucho dolor a mí y a mi familia durante once largos y duros años. Tengo que reconocer que, gracias al apoyo de mi gente y a mis valores que nunca han cambiado, he podido superar la peor prueba de mi vida. Ahora ya estoy superándolo todo, pero los recuerdos no se borran de un día para otro, aunque como expresé el día de que di mi primera rueda de prensa tras la noticia, quiero mirar al futuro, aprovechar el momento. Se acabaron las lágrimas, no quiero ni una lágrima más.
Habla de lágrimas derramadas, estos años han debido ser bastante duros tanto para usted como para su familia.
–La verdad es que sí. Sobre todo, los primeros años, donde no entendía como me podía estar pasando eso a mí. Yo siempre había trabajado por mi ciudad desde la lealtad, desde las convicciones y con total honestidad. No fue justo que la justicia arrasara con mi vida. Registraron mi casa, me detuvieron, me esposaron, mi nombre apareció en todas las televisiones, me acusaban de muchísimas cosas, y yo, sin haber hecho nadad. Fue tremendo, muy doloroso. Sobre todo, por ver el sufrimiento de mi entorno, de mi familia, que no se merecerían ese escarnio. Y lo peor es que he tenido que esperar media vida para que se resolviera, y no porque yo me estuviera quieto, precisamente. De hecho, presenté cientos de recursos explicando el grave error que se estaba cometiendo conmigo, incluso denuncié al Defensor del Pueblo la tardanza de la justicia, que en este caso no solo ha sido ciega, también sorda y lenta.
Pese a todo lo vivido estos años ¿puede sacar algo positivo de todo este tiempo?
–Muchas cosas. Como se suele decir no hay mal que por bien no venga. He disfrutado de más tiempo con mi familia, con mi mujer y mi hijo, que seguramente, de haber estado en primera línea de la política hubiera sido imposible, porque la gente que me conoce sabe que yo me implico al mil por mil en todo lo que hago. También decidí aprovechar el tiempo en formarme mejor, y emprendí un largo camino en la UNED para sacarme la carrera de Derecho y ahora estoy haciendo el Máster de Acceso a la Abogacía. Además, también he aprovechado para mejorar mi inglés, he participado en una comunidad con nativos del mundo entero. He conocido a personas de todas partes como Israel, Estados Unidos o Reino Unido. Con ellas he podido aprender mejor el idioma al tiempo que ellas hacían lo propio con el español. Además, nos hicimos buenos amigos. Al menos ha podido aprovechar estos años para formarse. –Sí, fue un reto personal, una manera de evadirme también, de estar entretenido. Fue mi jefe el que me impulsó a estudiar y estaré eternamente agradecido. Yo había realizado un ciclo superior de administración de empresas, pero el contacto con la Universidad Nacional a Distancia me cambió la vida, amplió mi visión de las cosas, me dio un horizonte distinto.
¿Ha echado de menos la política?
–De alguna manera, nunca dejé de estar en política. Me gusta hacer cosas, cambiar y transformar. Desde la barrera he estado siempre atento a las cosas que pasaban tanto en mi ciudad como en mi partido, al que nunca he dejado de sentir como algo mío.
¿Qué cree que llevó a la justicia a comenzar esta macrocausa llamada Caso Acinipo?
–Pues esa pregunta me la hago yo todos los días la verdad, pero es que no puedo entender como jueces, fiscales y policías pueden equivocarse tanto. Conmigo fue un error garrafal, pero con el resto de imputados lo mismo. Estoy seguro que los que aún quedan en la causa van a salir indemnes también. Aunque la vida para ellos tampoco será ya la misma. Estas vivencias se llevan ya hasta la tumba.
Aun son cuatro las personas que siguen en el banquillo de los acusados por esta causa y que tienen que esperar aún más tiempo que usted para conocer la sentencia. ¿Qué cree que va a pasar?
–Conozco a esas personas, y sé que son honestas y honradas, por eso cuando se me archivó mi causa, seguí asistiendo al juicio hasta el final, para estar con ellos, porque es una injusticia tremenda que personas que han trabajado toda su vida por nuestra ciudad estén pasando por ese calvario.
Hay algunas voces que se empeñan en decir que durante este juicio se le ha echado la culpa al que ya no está.
–Eso es absolutamente falso, nadie ha cambiado una sola coma de sus versiones. Ni cuando vivía Marín Lara ni ahora que ya no está entre nosotros, por eso quiero pedir todo el respeto hacia él, porque ya no se puede defender. Nadie ha cambiado ni una sola coma de lo que decía antes y ahora, creo que lo único que pasa es que a alguno le va a resultar complicado explicar por qué nos acusaban, y ahora está poniendo excusas. Los partidos políticos deberían dedicarse a hacer política, y no a judicializar la política, como algunos y algunas han intentado en este caso.
A pesar de todo lo vivido y del excesivo tiempo que ha tardado en aclararse, el Caso Acinipo ya forma parte de su pasado. Si ahora se centra en su presente y en su futuro más cercano. ¿Qué tiene pensado hacer? ¿Volverá a la actividad política?
–Soy un animal político. Llevo la política en las venas. La política entendida como la herramienta de mejorar nuestra sociedad, de ayudar a los que más lo necesitan, de cambiar las cosas que no me gustan. Realmente nunca me fui, aunque sí tuve que estar en segundo o tercer plano, pero ahora, una vez recuperado mi carné de socialista, quiero aspirar a lo que un día me fue quitado injustamente.
Habla de recuperar lo que le quitaron. ¿Eso quiere decir que Francisco Cañestro será el próximo candidato del Partido Socialista en Ronda de cara a las próximas elecciones municipales que tendrán lugar en el mes de mayo?
–Quiero devolver todo el cariño que la gente me ha mostrado en estos días, todo el afecto y toda la confianza, y lo haré de la mejor manera que sé hacerlo, con trabajo y dedicación. Lo demás lo tendrán que decidir los militantes del PSOE, que son quiénes tienen la última palabra en todo. Ahora sólo soy un militante de base, comprometido con unos valores, que a pesar de lo que ha pasado, siguen más fuertes que nunca. Mis convicciones siguen intactas.
Ronda Semanal se encuentra celebrando su 28 aniversario, casi tres décadas de periodismo en los que ha podido contar numerosos acontecimientos que se han ido dando en la ciudad. ¿Cómo ha cambiado Ronda en todo este tiempo?
–Ronda es una ciudad con muchas posibilidades, que no se ha sabido explotar. En los últimos tiempos se han hecho cosas bien, y otras muchas que se tienen que mejorar. Creo que es el tiempo de que sea reconocida como patrimonio de la humanidad. Creo que es el momento de que nos tomemos en serio lo que tenemos en nuestras manos, y revolucionar el futuro, haciendo que no se pierda más población, que los jóvenes se queden y que vuelvan los que se han ido. ¿Es posible eso? Yo creo que sí, solo hay que ponerse manos a la obra. La ciudad la tenemos, el mundo entero nos conoce, tenemos todo lo necesario, solo le falta un gran impulso en todos los sentidos y que de verdad creamos en nosotros mismos.
¿Qué noticias destacaría de las últimas tres décadas? ¿Cuáles se han ganado un hueco en su memoria?
–Ya les he dicho que soy un animal político, así que me quedaría con el día en el que se inauguró el Parador Nacional de Turismo, siendo entonces alcalde de Ronda Juan Fraile. Este hito supuso una revolución en el turismo en nuestra ciudad, que es y será nuestra principal industria, aunque no debería ser la única. También está el año en el que Juan Benítez ganó las elecciones, algo que viví con mucha intensidad. Otra noticia que recuerdo con especial cariño fue cuando Isabel Aguilera se convirtió en la primera mujer que tomaba posesión de la alcaldíaen el Ayuntamiento de Ronda, y por supuesto, no puedo dejar de nombrar todas las cosas que hicimos en los años que gobernamos con Marín Lara. Sin embargo, me van a permitir que reconozca que la que guardo con más emoción fue cuando pude anunciar el archivo de mi causa. Fue un momento mágico que siempre llevaré en mi memoria. Lo cierto es que este medio siempre me ha tratado bien, y siempre me he sentido como si estuviera en mi propia casa, por eso no puedo hacer otra cosa que desearos toda la suerte del mundo en esta nueva etapa.