EUROPA PRESS. Este lunes ha tenido lugar en el cementerio de San Lorenzo de Ronda la exhumación del cadáver de una niña enterrada en el año 1984 tras nacer y fallecer al día siguiente en la antigua clínica 'Sagrada Familia', convertida en el actual hospital comarcal de la Serranía de Ronda, y que sus padres denuncian como un posible caso de bebé robado.
Los trabajos de excavación se han iniciado pasadas las diez de la mañana y se han prologado durante cuatro horas, en las que se ha tratado de localizar por parte de la médico forense y la Policía Científica algún tipo de resto que permita practicar las pruebas de ADN para comprobar si los restos pertenecen a la hija de Encarnación Benítez y Antonio Barroso.
No obstante, los pocos restos que se han podido localizar hacen que la familia no albergue muchas esperanzas sobre una prueba que clarificaría si fue un caso de bebé robado o no.
"Ahora me siento más tranquila que esta mañana", decía Encarnación Benítez tras asistir a la exhumación, al considerar que los pocos restos encontrados vienen a ratificar su teoría de que en realidad les entregaron una "caja vacía" sin el cuerpo de su hija muerta en el interior. "La caja no pesaba", seguía afirmando con rotundidad, Antonio Barroso, padre de la pequeña y que fue el encargado de recogerla y llevarla hasta el cementerio rondeño para su entierro.
Según el relato de los padres, en la sala de parto únicamente estuvo la madre con el médico, sin que pudiese estar dentro del paritorio ningún familiar. "Pude ver que el médico la llevaba y que lloró", relató Encarnación. Después, su marido pudo ver en la incubadora aunque no pudo verle la cara.
"Al día siguiente me dijeron que había muerto", explica Encarnación, sin que el hospital le entregase ningún tipo de documentación. Precisamente, cuando requirió esta documentación al hospital y se le enviaron a su domicilio "nada coincidía con lo que ocurrió", lo que hizo incrementar las sospechas que había tenido sobre lo "extraño" que había sido todo desde un primer momento.