Desiré cumplirá 15 años el próximo mes de mayo, y sufre desde su nacimiento una grave enfermedad, el llamado ‘Síndrome de west’ además de una microcefalia. Y su familia pide ayuda para mejorar su calidad de vida en casa, al pedir apoyos para poder comprar una silla ortopédica con la que poder estar sentada en su hogar.
Su padre, Antonio, es uno de los parados de la SEAT: “Desde noviembre de 2011 no he trabajado; en casa entran los 400 euros de la dependencia de mi hija”. Y la familia necesita entre 3.500 y 4.000 euros para adquirir la silla, que complementaría a la que ya tiene la joven Desiré para poder salir a la calle: “Esa sí la pasa la seguridad social, pero esta otra hay que comprarla. Vamos a pedir una subvención a la Junta, pero nos haría falta más dinero”, cuenta Antonio Caballero, quien se ha puesto manos a la obra y está recogiendo tapones solidarios para reunir, tras su venta, el dinero necesario para la silla.
“Estimamos que nos harían falta unas 4 ó 5 toneladas de tapones”. Comenzaron a recogerse en el entorno de la UVA, donde reside la familia, a principios de mes, y en uno de los cuartos del piso donde residen, ya se amontonan unas 30 cajas. De momento disponen de dicha habitación, y un familiar ha ofrecido una nave para cuando se acumule más plástico. En la carnicería Pepi, el bar Miramón y la asociación de vecinos de la UVA se pueden entregar todos los tapones con los que deseen colaborar los rondeños. Se han puesto carteles por el entorno, y en el colegio Cervantes: “Y poco a poco vamos a hacer una montaña con muchos granos”, afirmaba el padre.
Desiré ya tuvo otra silla similar que se quedó pequeña, y que su familia donó a un centro donde se atiende a pequeños enfermos. La idea que tuvo una maestra del colegio de sus hijos ha llevado a Antonio a emprender esta carrera solidaria que pretende hacerse con el favor y apoyo de muchos rondeños.
