Lunes Santo de emociones. De solitaria oración entre la multitud. El Huerto desató esas emociones. Desde las 8 de esta tarde realiza estación de penitencia por Ronda la única hermandad de este día, que ha protagonizado una de las más emocionantes salidas de la Semana Santa.
El arco de medio punto de la fachada de Santa Cecilia hizo protagonizar a la Hermandad uno de los momentos más complicados de cuantos se viven cada año. Ajustada al milímetro la salida tanto del Señor como, especialmente, de la Virgen del Consuelo, con el corazón en un puño asistieron los cientos de presentes a cada una de las maniobras.
La hermandad estrenó la restauración de las imágenes del Señor y el ángel que le acompaña; el escultor sevillano Manuel Madroñal Isorna se encargó de los trabajos. Curiosamente, la hija de autor de esa imagen, el granadino Daniel Gutiérrez, acompañó en este Lunes Santo a la Hermandad. El Señor estrenaba también saya, obra de Juan Manuel Jiménez.
Excepcional la banda de cornetas y tambores Cristo del Mar, de Vélez Málaga, que guió los pasos del Señor. Antes de interpretar sus primeras marchas, en el interior de la Iglesia de Los Descalzos, Ainhoa Pérez interpretó un emocionante Padre Nuestro cantado, acompañado al órgano por José María Tornay. Se revivió de este modo este sencillo y emotivo momento que ya pudo disfrutarse el pasado año tras que el capataz llamara a la primera levantá del paso.
Tras el Señor, la Virgen. Caridad del Guadalquivir. Zapatillas rechinan dentro de la Iglesia. La banda Arunda cuida a Consuelo de Las Tristezas. No hay prisa. Cadencia en los pasos. Ahí quedo. Se arría el paso.
Este año, la hermandad ha provisto de unas ruedas las parihuelas; quitados los zancos, con el paso en el suelo y unos pocos hombres bajo él, la maniobra, aún siendo muy difícil, se antoja más controlada. Hay esta vez más costaleros fuera que dentro; a la llamada del capataz, la Virgen toca el cielo. Levantá en la misma rampa. Imposible fue controlar los aplausos.
La Hermandad pasará de nuevo este año por la calle Ermita; el encuentro merce la pena. Ronda puede felizmente firmar otro gran Lunes Santo.
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