La constancia la demostró encabezando las listas de una formación que estaba desahuciada de la Corporación, hasta conseguir un escaño en el Pleno. Y tiene una ventaja sobre la mayoría de sus compañeros en el Consistorio: está sujeto a la displicina de partido, pero el concepto de disciplina en Izquierda Unida está muy por debajo del de libertad. O sea, es lo más parecido a lo que se quiere que vuelva a ser la política.
—Usted no vive de la política.
—Evidentemente, no vivo de la política. Yo sigo trabajando, estoy a jornada completa, no tengo ninguna liberación por parte del Ayuntamiento y los 450 euros que cobramos todos los concejales por asistir a Pleno yo los aporto al partido que los necesita más que yo.
—¿De dónde saca el tiempo? Su trabajo es igual que el de los que viven de la política. Es el portavoz y todo lo demás del grupo municipal de Izquierda Unida.
—Pues del tiempo de la familia, de la casa y de donde podemos. De las veinticuatro horas que tiene el día intentamos alargarlo lo máximo posible y cuando el trabajo nos deja un poco de tiempo lo dedicamos a la política. Con muchas complicaciones, porque es muy difícil.
—Estamos viviendo tiempos revueltos en los que muchas cosas que eran imposibles hace diez años ahora lo son. Antes ser funcionario era un trabajo para toda la vida, ahora yo no pondría la mano en el fuego; la gente se va de los trabajos con 20 días de indemnización por año trabajado, para lo que nos tenemos que remontar a 30 años atrás… ¿Qué puede aportar Izquierda Unida en este panorama teniendo en cuenta que tenemos a un Gran Hermano llamado Mercados que lo que menos le gusta son los partidos de izquierdas?
—La realidad es eso y lo es porque los que gobiernan hacen leyes para que sea así. Nosotros creemos desde Izquierda Unida que hay otras alternativas para salir de esta crisis y que hay que apoyar más a los trabajadores y a la gente que lo necesita que al poder económico. No podemos estar apoyando a los bancos en sus pérdidas y dejando a la gente que se muera de hambre o echándola de sus casas. Creemos que hay otras alternativas posibles y por eso algunos militamos en estos partidos e intentamos llevarlo a cabo.
—Lo cree muy poca gente. Son partidos minoritarios.
—Cada vez parece que lo va creyendo más gente. Hay encuestas que dicen que confían más en nosotros, lo que pasa es que lo de las encuestas no me las creo hasta que pasan las elecciones. Evidentemente nuestro mensaje es difícil de llevar. Los medios los gobiernan los mismos y el discurso que lanzan suele ser repetido incluso por trabajadores que están afectados por desahucios o por ERE. Repiten el mismo discurso que escuchan por la televisión sin razonar algunas veces. Pero son los que gobiernan y los que han gobernado los que han propiciado que con leyes, esos poderes llamados mercados puedan hacer lo que están haciendo al día de hoy.
—Hay una máxima –evidentemente interesada-que dice que la izquierda arruina los países y la derecha los salva de la miseria.
—Podemos poner el ejemplo de Sudamérica. Aunque los medios dicen otras cosas, a Sudamérica la está levantando la izquierda social, y ha estado mucho tiempo subyugada por la derecha.
—También dicen que Zapatero nos puso en el precipicio y Rajoy nos está empujando.
—Pues sí. Algunos decimos que son las dos caras de la misma moneda. Uno empezó y otro está terminando el trabajo.
—
Izquierda Unida está gobernando en la Junta de Andalucía. Eso para usted es una rémora porque ahora en el Pleno le tiran dardos desde todos sitios cuando antes sólo se los tiraban al PSOE. ¿Qué hubiera cambiado en el Gobierno de la Junta de Andalucía si Izquierda Unida no estuviera?
—Pues muchas, cosas. La principal es que no hubiera habido comisión de los ERE, aunque luego ellos mismos se han encargado de cargarse el dictamen, pero ha habido 17 años de petición de comisiones y no ha habido ninguna comisión de investigación. Y somos pocos, muy pocos. Pero en las viviendas propiedad de la Junta de Andalucía no se están produciendo desahucios, están paralizados por Fomento y Vivienda que la llevamos nosotros y no es una casualidad. Y podemos hacer lo que el pueblo nos ha dejado hacer. Somos once. La mayoría la tienen otros. Y con las fuerzas que tenemos estamos dejando ver que somos distintos a los demás.
—¿Usted cree que eso lo está captando la gente o dado el descrédito de los políticos los están metiendo en el mismo saco por estar en el poder?
—Nosotros teníamos claro que en la situación que nos dejaron las urnas teníamos que implicarnos. No era la solución seguir diciendo no a todo, sino que teníamos que gobernar y coger la sartén por el mango. Evidentemente no podemos llevar a cabo nuestro programa. Hemos hecho un pacto de política, no de sillones, para poder gobernar. También es cierto y no sé si vendrá de los propios mercados, que hay un discurso de descrédito de la política, todos los políticos son iguales, todos los políticos son corruptos. Y no es cierto. Yo creo que la política es muy importante para la vida de los ciudadanos; tenemos que decir que hay políticos que son muy honrados, aunque por desgracia los que salen son los delincuentes y corruptos y también tenemos que criticar que los que gobiernan no hacen leyes para que esa corrupción no aflore más y la paremos de una vez por todas. Hay políticos que se levantan por la mañana a trabajar por los ciudadanos, por sus vecinos, y se acuestan trabajando. No podemos estar desacreditando la política día a día. Hay políticos que en este país, en la lucha por la democracia o durante la democracia han dado sus vidas. Tenemos muchos ejemplos en el País Vasco y de todos los colores, del PP, del PSOE, que han muerto por defender la política y la democracia.
—Si a usted le dijera que tiene que hacer un San Fernando nuevo, ¿sería posible?
—Totalmente. Muy, muy posible.
—Tardarían más en tirar lo que han hecho mal.
—Habría que pensar mucho antes de hacer las cosas. Se hacen muchísimas cosas pero luego nadie se plantea cómo mantenerlas y se caen a pedazos. Nosotros creemos que un eje principal para cambiar San Fernando es la participación ciudadana. Tenemos que preguntarle al pueblo qué es lo que quiere y qué quiere que se haga con su dinero. No se puede levantar uno con una idea, hacerla sin preguntarle a nadie cuando el dinero es público y de los ciudadanos. San Fernando adolece de participación ciudadana. Y se puede cambiar San Fernando.
—¿Esa participación ciudadana no puede ser una rémora a la hora de tomar decisiones? Se pueden llevar horas y horas, dando opiniones, participando… pero al final tendrá que tomar alguien la decisión.
—Yo conozco ejemplos de participación ciudadana en ciudades más grandes que ésta. He vivido mucho tiempo en Sevilla por cuestiones laborales y allí había participación ciudadana y presupuestos participativos. Y los ciudadanos decidíamos en nuestras barriadas en qué se gastaba nuestro dinero. Evidentemente no decidíamos sobre todo el presupuesto municipal, sino sobre una parte que afectaba a los ciudadanos. Y hay cosas que los ciudadanos tienen más claras que los propios políticos. Y no se deberían tomar decisiones sin contar con los ciudadanos.
—Es importante formar a las personas para acceder a un mercado laboral que… ¿existe?
—Existe o quizá haya que buscarlo fuera de aquí. El problema es que mientras otros se dedican en otras ciudades, siendo presidente de una Diputación, a buscar empleo ayudándose de otras administraciones, en San Fernando no se quiere escuchar nada de planes de empleo.
—Han presentado uno.
—Se han presentado varias propuestas de empleo en San Fernando y todas han sido rechazadas. Incluso este viernes había una propuesta del PSOE que iba a Pleno y no ha sido ni aceptada para que se debata. Es la postura que estamos viendo en este gobierno municipal cuando la lacra más importante que tenemos en este país es el desempleo y tenemos que hacer los políticos todo lo posible para crear empleo. El otro día me mandaron un video de uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, propietario de Amazon, en el que decía que ellos, los ricos, no crean empleo; que él abría empresas cuando una clase media consumidora consumía y le reportaba beneficios, pero si nadie consumía, cerraba y se cargaba los puestos de trabajo. Luego decía que la clase media, la clase trabajadora, era la que crea los puestos de trabajo. Yo, sin ser rico, comparto bastante ese discurso.
—¿Y cómo se explica que se quieran cargar a la clase media que es la crea empleo y encima salir de la crisis?
—Ya se están dando cuenta ellos mismos que lo que están fomentando es un retroceso. El FMI, el Fondo Monetario Internacional, ya ha dicho que todos los ajustes y recortes que están haciendo está provocando más retroceso en la economía. Son políticas. Algunos apuestan por esas políticas y los ciudadanos se deben de dar cuenta de quién apuesta por esas políticas y quién por otras. Y son ellos (los ciudadanos) los que tienen el poder de decidir quién tiene que gobernar este país.
—Había un secretario de Estado del Partido Popular, Juan Costa, que decía que La Isla no era una isla. No la había visto desde el cielo. Ustedes que llevan el ecologismo en el ADN, digan qué podemos hacer en San Fernando donde tenemos un polígono industrial que no tiene entradas por ningún sitio y el resto son marismas.
—Pues, evidentemente, aprovechar lo que tenemos, aprovechar el Parque Natural. No es la única ciudad que tiene un parque natural rodeándola. Yo conozco muchas zonas de parque natural y lo aprovechan.
—Pero es que aquí sólo tenemos un Parque Natural rodeándonos y militares por San Carlos, que está muy bien, y por Camposoto.
—Pocos militares por ahí. El Parque Natural se puede aprovechar de muchas maneras. Chiclana está aprovechando nuestro Parque Natural y nuestras aguas. Hay barcos, piragüismo, deportes acuáticos… en nuestras aguas de San Fernando, en la batería de Urrutia y no lo hemos sabido aprovechar los de San Fernando. Pero no lo hemos sabido aprovechar porque además de ese que decía que San Fernando no es una isla, los ciudadanos de San Fernando y los gobernantes de San Fernando tampoco se han dado cuenta de que San Fernando es una isla. Nunca han mirado al mar. Y se pueden hacer rutas de caballos. Hay un club de hípica que ha hecho una propuesta y le ponen todos los impedimentos del mundo cuando hay muchas ciudades en las que por las playas y el parque natural se hacen rutas de caballos. Y atraen mucho turismo. En los polígonos industriales, evidentemente, cuando tienes un suelo público, lo privatizas y le subes el precio, es difícil que las empresas se asienten en él. Tenemos polígonos muy cercanos que pertenecen a otras ciudades que están llenos de empresas. En Tres Caminos hay cientos de empresas en tiempos de crisis, que antes había más. Pero los polígonos de aquí no se ocupan porque una nave vale mucho más que en cualquier otro sitio.
—El PP quiere suavizar un poco la Ley de Costas y la Junta dice que va a recurrir la nueva Ley ante el Tribunal Constitucional. ¿No creen que habría que suavizarla para que ayudar a los salineros y empresarios piscícolas?
—Si se va a suavizar para respetar el Parque Natural nosotros estaríamos de acuerdo pero sabemos la idea que tiene el PP, que siempre es la misma: relleno de marismas, relleno de Parque Natural para edificar, para hacer edificio que al día de hoy no sé quién va a comprar tantos pisos. Esa es su idea, copiar otros modelos turísticos que parece que ya no funcionan, como es el caso de Chiclana que tuvo su boom pero ya ha pasado. Si van a respetar el Parque Natural bienvenida sea, pero si no van a respetarlo preferimos que el Parque Natural se quede como está.
—Izquierda Unida pide carga de trabajo para Navantia y además que recorten el presupuesto del Ministerio de Defensa que hoy en día es el único cliente de los astilleros.
—Izquierda Unida pide cargas de trabajo para Navantia e Izquierda Unida quiere que se recorte a cambio de aumentar el presupuesto social. Con lo que no estamos de acuerdo es con que recorten lo social para aumentar Defensa. Pero pedimos carga de trabajo para Navantia porque es una empresa pública y apostamos por las empresas públicas. Otro no, otros juegan a apostar pero no apuestan por ella, no apuestan por los funcionarios, o por la empresa en la que yo trabajo (Telefónica) que era pública y que se perdió por malvenderla a ese mercado, o Tabacalera, que también era pública, o Endesa, en donde ahora algunos están de consejeros… Nosotros apostamos por lo público y pedimos carga de trabajo para una empresa que ha sido emblemática para San Fernando y que puede ser un buen plan de empleo para San Fernando. Navantia ya genera ella sola un gran plan de empleo para San Fernando.
—¿Ustedes han hecho estudio sobre si es más barato privatizar la limpieza o el agua que mantener esos servicios básicos como municipales?
—Tampoco hay que hacer muchos estudios. Las matemáticas son claras. Un servicio vale tanto y una empresa privada tiene que cobrar el servicio más las ganancias que se tiene que llevar. Si fuera pública sólo habría que pagar el servicio porque son empresas que no deben de generar beneficios. Donde gobernamos tenemos empresas municipales que funcionan. Y funcionan muy bien.
—¿Sería bueno en San Fernando?
—Si gobernara Izquierda Unida sería una de las propuestas que llevaría.
—El problema es pagar el rescate que hay que pagar.
—Efectivamente. Pero nosotros creemos que sería bueno para la ciudadanía y no deberían ser privados con precarización de empleo y de condiciones laborales.