Reposo, mucho reposo. Eso es lo que le ha recomendado el médico al malagueño Sergio Castillo para que se recupere bien y en condiciones de la mononucleosis que viene padeciendo este mes de julio y que, aunque se reincorporó el pasado 17 de julio a la pretemporada azulina, fue el propio técnico del San Fernando, Ñoño Méndez, el que le obligó a parar y a no incorporarse hasta que no estuviese en plenas facultades.
"Es algo con lo que tengo que tener cuidado, pero que la gente no se preocupe que para el primer partido de Liga estaré como una moto..., y más canino", señala con su habitual sorna el central malagueño.
El próximo jueves sabrá a ciencia exacta los resultados de las pruebas médicas a las que se ha sometido y afirma que "espero poder volver ya a los entrenamientos a partir de la próxima semana".
Castillo ha preferido guardar reposo en San Fernando, donde comparte piso con Edgar y Amarito, ya que indica que "el irme a Málaga no huibiese sido demasiado lógico. Yo más o menos puedo hacer las cosas bien, pero sin hacer demasiado esfuerzo ya que soy capaz de andar dos metros y caerme al suelo".
Una mononucleosis que además ha conllevado que el bravo central haya perdido hasta cuatro kilos de peso.