El 75 y el 82 serán dos cifras que se quedarán en los anales de la Escuela de Suboficiales y personalmente en los protagonistas del acto que tuvo lugar el viernes en las instalaciones de la Armada en la población de San Carlos.
Pero hay más. El 75 aniversario de la Escuela de Suboficiales de la Armada coincide con el 175 aniversario de la adopción de la bandera de la Armada como bandera de España.
“No hay acto militar más adecuado para celebrar ambas efemérides que una jura de bandera y el acto de homenaje a los caídos”, dijo el director de la Esubo, capitán de navío Jesús Ángel Paz Pena.
El acto, que estuvo presidido por el subsecretario de Defensa, Alejo de la Torre de la Calle y contó con la presencia del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada Teodoro E. López Calderón, así como de diversas autoridades civiles y militares, profesores, dotación del centro de enseñanza, familiares y amigos invitados.
Una Jura de Bandera de las damas y caballeros alumnos de la 82º promoción de Suboficiales constituyó el acto militar principal de la conmemoración de este aniversario.
En el mismo acto se recordaron las disposiciones de creación del Cuerpo de Suboficiales y de la Escuela de Suboficiales de la Armada.
En esta ocasión han prestado juramento a la Bandera ciento noventa alumnos del Curso de Acceso a la Escala de Suboficiales del Cuerpo General de la Armada e Infantería de Marina, de los cuales treinta y seis ingresaron por el sistema de acceso directo.
Los alumnos iniciaron el curso de formación en el mes de agosto y permanecerán en esta Escuela hasta el próximo día 1 de marzo, momento en el que se trasladarán a las diferentes escuelas de especialidades en Ferrol y Cartagena, para continuar con el plan de estudios previsto hasta completar los tres años de enseñanza de formación exigidos para poder incorporarse a la Escala de Suboficiales.
“La vida del militar está llena de momentos vividos muy intensamente y que se recuerdan a lo largo de toda la vida, pero pocos son tan relevantes como este acto militar que celebramos hoy, y muy especialmente si tenemos en cuenta que se desarrolla delante del Panteón de Marinos Ilustres, el lugar en el que la Armada respetuosamente atesora la memoria de todos los marinos que demostraron el más profundo amor a la Armada y a España”, señaló el comandante-director en su alocución.
El paso más importante
A los caballeros y damas alumnos recordó que sólo han cumplido o renovado un requisito legal, imprescindible para todo militar, sino que dan un paso más, “tal vez el más importante”, para hacer realidad vuestro deseo de ser suboficiales de la Armada.
“No hay vuelta atrás, vuestro juramento os compromete. Sé que os parece que lo más demandante es la última frase: entregar vuestra vida en defensa de España, y los es. Pero no es menos importante la primera las frases del juramento: cumplir fielmente vuestras obligaciones militares. Eso sólo puede hacerse con compromiso, compañerismo, lealtad y dedicación”, les dijo.
Paz Pena les recordó que contentarse con hacer “sólo lo preciso vuestro deber no es una opción, y es absolutamente incompatible con la obligación que tenéis de demostrar una conducta ejemplar que os haga ganar la lealtad de vuestros jefes y subordinados”.
Y además les dio un consejo que les puede resultar crucial una vez que al filo del verano de 2020 reciban sus despachos en la misma explanada de la Esubo y ante el Panteón de Marinos y el edificio Carlos III.
“También tenéis que pensar. Sí, pensar. Tomaros tiempo para analizar qué tenéis que hacer, para qué vais a hacerlo y cómo vais a culminar la tarea. Eso os dará la capacidad de anticiparos, una cualidad imprescindible para todo militar”.
“No os quedéis con la vorágine del corto plazo, acostumbraros a hacer lo que hacemos todos los marinos, otead el horizonte y anticiparos. Así podréis mitigar riesgos y, sobre todo, aprovechar oportunidades”, les dijo.
El director de la Esubo les puso como ejemplo de a los 39 subtenientes del Cuerpo General y de Infantería de Marina que están realizando el curso de actualización para el desempeño de los cometidos de suboficial mayor.
“Seguidles aguas. Su estela comenzó hace más de 30 años en este mismo lugar y su esfuerzo ha contribuido a construir nuestra Armada de hoy. Vosotros sois los que construiréis la Armada del futuro, que sin duda será diferente a la de hoy”.
“Lo que no cambiará nunca son nuestras raíces, nuestros ejemplos y nuestra vocación de servir a España. Por eso, y gracias a vosotros, seguiremos siendo valientes por tierra y por mar, como lo hemos sido siempre”, finalizó Paz
Ajema
Por su parte, el Ajema les habló del “valor basado en el conocimiento y la profesionalidad; la lealtad en todos los sentidos, con el superior, con el subordinado y con el compañero; el honor y la integridad moral, característica esencial del militar español; la disciplina, como factor de cohesión e imprescindible para lograr la eficacia en el combate; los espíritus de sacrificio y de servicio; el compañerismo; la perseverancia y la flexibilidad”.
En definitiva, “todas las virtudes que deben configurar al militar español tienen que suponer el sustento, los cimientos, de todo el entramado de la acción de los miembros de la Armada, pues, sin ellos, ni la técnica, ni los medios materiales, por avanzados que sean, nos permitirán cumplir con nuestra misión”.
López Calderón recordó que los cometidos de los suboficiles han cambiado con el tiempo asumiendo “un número, cada vez mayor, de responsabilidades de carácter principalmente técnico y administrativo, imprescindibles para el funcionamiento de los sistemas en buques y unidades, en definitiva para el funcionamiento de la Armada”.
“El suboficial representa en la institución militar el equilibrio y la conexión entre dirección y ejecución. La Escala de Suboficiales es responsable de que el planeamiento se plasme en realidad, de que sus subordinados cumplan su misión y sepan cómo hacerlo”, les dijo el Ajema.
Y esta doble dimensión, ejecutiva y de liderazgo, “define el carácter versátil e integral de la escala de suboficiales”.
Tras el acto a los caídos se procedió a la foto de rigor ante el Panteón de Marinos Ilustres de los futuros suboficiales y de los mandos asistentes al acto.
