Las calles de Sanlúcar se llenaron de fieles arropando a las dos hermandades del Miércoles Santo en su salida procesional
La del Miércoles Santo en Sanlúcar es una de las jornadas más multitudinarias. En el ecuador de la Semana Santa sanluqueña, las hermandades de Estudiantes y Dolores se reparten a partes iguales la devoción del pueblo. La una, desde Santo Domingo, pone en la calle a más de 700 nazarenos -de una nómina de 1.000 hermanos - y otros tantos aguardan en los exteriores de su templo para ver salir al Santísimo Cristo de los Milagros. La otra, en pleno centro de la ciudad, reune cada año a centenares de personas tanto en la salida como en la recogida en la Iglesia de la Santísima Trinidad. El público cofrade y los sanluqueños y visitantes en general arropan a estas dos hermandades, protagonistas indiscutibles del Miércoles Santo sanluqueño.
Ambas hermandades habían adelantado en media hora su salida procesional, aunque tan sólo la Hermandad de Los Dolores tenía previsto adelantar su salida. Una asistencia médica antes de la llegada de la Hermandad de los Estudiantes a la Carrera Oficial del Barrio Alto retrasó los horarios, aunque ambas cumplieron finalmente con lo establecido con el Consejo.
Sanlúcar se echó a la calle y acompañó en todo momento a las dos hermandades que procesionan en el Miércoles Santo. Lo hizo con la de los Estudiantes, que partió desde Santo Domingo con el Santísimo Cristo de los Milagros y acompañado por la banda de la hermandad, la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de los Milagros. Tras la tradicional llamada a la puerta de Santo Domingo, se posicionaba en el porche de la parroquia la Cruz de Guía a la que siguieron los centenares de penitentes que acompañan al único paso de la Hermandad, el que muestra al Santísimo Cristo de los Milagros crucificado y acompañado por Nuestra Señora de las Penas, quien lucía en el inturón un pequeño broche de la Patrona de la Ciudad, como homenaje a la celebración del 400 aniversario del patronazgo de Nuestra Señora de la Caridad sobre la ciudad de Sanlúcar. En esta edición, la hermandad estrenaba el Senatus.
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Su discurrir por las calles de su feligresía, una vez abandonó el compás de la Parroquia de Santo Domingo, fue entre el silencio y los aplausos a cada levantá del paso de los centenares de personas que lo acompañaron en su discurrir para realizar su estación de penitencia, destacando su subida por el Carril de San Diego o su recogida.
Y dividiendo el corazón de los cofrades, a la misma hora, a las seis de la tarde, desde la Iglesia de la Santísima Trinidad se abrían paso los titulares de la Hermandad de los Dolores, recibidos con saetas nada más cruzar el dintel de la iglesia. Adoración, pasión y fervor al Santísimo Cristo de las Misericordias y a Nuestra Señora de Los Dolores.
Cristo de las Misericordias
Si la Hermandad de los Dolores debe - de cara a ese expediente de Coronación Canónica que retomó en 2016 - dar muestras de la devoción hacia su señora, el Miércoles Santo en Sanlúcar es buena prueba de ello. A la Señora de la Plaza, se la quiere y venera en la ciudad y prueba de ello fue una vez más la multitud de personas que se agolparon durante todo su recorrido, haciendo que casi fuera imposible que la Hermandad avanzara por la Trascuesta, donde Jesús Rivero dedicó una poesía a cada uno de sus titulares. A la salida del Santísimo Cristo de las Misericordias, la Banda cornetas y tambores del Santísimo Cristo de la Victoria, estrenó la marcha compuesta para el titular, tras la saeta que la Niña de San Judas dedicó a ambos titulares. Y en esa poesía de Jesús Rivero a Nuestra Señora de Los Dolores, de nuevo, la solicitud de la coronación canónica, el gran sueño de esta Hermandad del Miércoles Santo.