E
l ficus de San Jacinto ya tiene
nuevo parterre, ampliado a
toda la esquina de la placita de la iglesia, del compás que ya es propiedad municipal, y al que se le ha aportado una
gruesa capa de nuevos nutrientes para intentar que este ejemplar singular
recupere toda su actividad de fotosíntesis y la
masa foliar que el intento de apeo de 2022 dejó maltrecha y casi irrecuperable, al menos con los diferentes tratamientos que se han realizado hasta ahora, dejando una triste estampa y que desespera a los que se movilizaron para garantizar su conservación.
La
última actuación que ha concluido tiene dos partes, según han explicado fuentes del Ayuntamiento de Sevilla. La primera, es la
ampliación física del parterre o alcorque que albergaba al ficus de San Jacinto, ahora ampliado hasta los
límites de las puertas de acceso al compás de la iglesia, incluyendo en él hasta la base del pilar de la cruz ubicada en la esquina de la plazoleta. La segunda parte ha consistido en la
profundización del propio parterre, la
liberación de muchas de las grandes
raíces del ejemplar y la
aportación de una gruesa capa de nuevos nutrientes, con aportes de
microrrizas, unos hongos simbióticos que tienen como objetivo ayudar al desarrollo de las raíces en los suelos.
Las
diferentes catas que se habían realizado en el ejemplar, tras comprobar que el ficus de San Jacinto no conseguía recuperar su masa foliar y que estaba seriamente dañado su capacidad para llevar nutrientes hacia la copa, radicalmente talada en el intento de apeo, habían determinado que
buena parte de las raíces presentaban los mismos
problemas detectados en el
ficus de Encarnación, es decir, se había construido sobre ellas, por lo que se repetía el
peligro de anoxia, es decir, de falta de oxígeno y asfixia, según las fuentes.
Para evitar esa anoxia, se han
desbloqueado las raíces del ejemplar y se le ha aportado un
suelo con mezcla arenosa y nutrientes que buscan
mejorar el drenaje y la humedad, de forma que faciliten la
permeabilidad y que se incrementen las
aportaciones al sistema vascular, un doble vaso comunicante hacia la copa, buscando siempre que esa savia tan necesaria llegue a la parte superior y
que la copa recupere el impresionante sistema foliar que tenía este ficus singular.
Ya solo queda esperar a la primavera y que la naturaleza haga su trabajo. Es la última esperanza para que el ficus de San Jacinto recupere su esplendor, incluso para los propios integrantes de la plataforma que se movilizó para evitar su tala. La actuación en el parterre es
otra más de las tantas medidas que se han estado llevando a cabo en el ficus.
A principios de febrero el servicio de Parques y Jardines le aplicó un
tratamiento mediante endoterapia que consistía en introducir
nutrientes directamente en el sistema vascular del árbol con el objetivo de estimular y favorecer su desarrollo.
Según explicaba en su momento la delegada de Parques y Jardines, Evelia Rincón, “se han realizado inyecciones de nutrientes en el
xilema, el canal de los vasos del árbol que
distribuye la savia bruta a la copa y a los tejidos antes de elaborarse”, además de trabajos de mantenimiento de la
capa de mulch, “que funciona como una barrera que ayuda a retener la humedad en el suelo alrededor de las raíces del ficus”.
La medida intenta mantener un
nivel de humedad “importante” para las raíces, lo que se acompaña con los
riegos que requiere el ejemplar, que se extienden a otros parterres más próximos a los que también llegan las raíces del árbol, con lo que
se potencia el sistema radicular.