El futuro anexo del Benito Villamarín, configurado en forma de terrazas, tendrá una cota o altura inferior a la del propio estadio, cuyo punto más alto se encontrará en la cúpula que aún deben diseñar a 46 metros, y tendrá usos hoteleros, de salud y deportes, descartando el uso de oficinas o centro comercial, y de ocio mientras el Ayuntamiento de Sevilla estudia que los 3.000 metros cuadrados con los que el club compensaría a la ciudad se segmenten en varios espacios diseminados por el distrito.
Son algunos de los aspectos ofrecidos por el director general del Betis, Federico Martínez Feria, el consejero responsable de instalaciones, Ozgur Unay, el coordinador del proyecto, Javi Doña, y el director de comunicación del club, Julio Jiménez Heras, en una rueda de prensa en la que han querido despejar algunas dudas suscitadas en el vecindario y que han sido objeto de alegaciones por varias asociaciones, una oposición que desde club entienden se fraguó antes de conocerse los detalles del proyecto y su propia evolución, que pretende llevarse a cabo entre los años 2025 y 2027, con una inversión algo superior a los cien millones de euros, años en las que el Betis jugará en la Cartuja.
El club ha insistido varias veces en que el proyecto ha descartado por completo su uso como centro comercial, ya que generaría mayores flujos que no buscan y se alejan de su modelo de negocio, y también descartan el de oficinas, confirmando que tendrá un hotel y usos centrados en la salud y el deporte, con clínicas especializadas y gimnasios o servicios comerciales vip deportivos, además de un auditorio con 400 plazas y espacios para congresos, hacia donde se enfocará parte del negocio cuando no haya partidos.
Además, el anexo, configurado como un espacio en varios niveles como terrazas, tendrá una cota inferior a la del propio estadio, cuya altura máxima será de 46 metros y en la cúpula, cuyo diseño aún no está completamente definido, y también a los edificios ya preexistentes, con la altura más baja en la zona cercana a las viviendas existentes e históricas, donde habrá una plaza pública. El desarrollo contempla la totalidad de la parcela, hasta Doctor Fleming, calle que estiman que “terminará siendo peatonal”. Desde el club han reconocido que el diseño inicial contemplaba una zona de preferencia con mayor altura, que cuenta con 3.000 localidades premium o VIP, pero se ha optado por hacer un pasaje con una cubierta y un acceso exclusivo en la zona vinculada al hotel.
En cuando a la volumetría, el club descarta cualquier aspecto contrario al PGOU y sí que avanzan que, en las negociaciones con los vecinos, el Ayuntamiento se ha mostrado partidario de estudiar que los 3.000 metros cuadrados de equipamiento público con los que el club tendría que compensar a la ciudad se ejecuten en varias parcelas o suelo público distribuidos por todo el distrito, aspecto que debe negociarse, así como la valoración económica definitiva.
Sí que han apuntado que el club ya aportará, además de las zonas verdes contempladas y de la plaza pública en la parcela anexa, otros 2.500 metros cuadrados gracias a la desaparición del vallado en todo el perímetro del estadio, un espacio establecido “ex torno”, es decir, fuera de las limitaciones que tiene una actividad deportiva y donde se podrá ofrecer al aficionado un espacio gastronómico y de ocio.
Esa oferta, "de calidad y a buen precio", según el club, es la que permitirá que se mitiguen los negativos efectos del tráfico y del botellón, espaciándose el horario de entrada y salida al espacio al permitir que los aficionados puedan hacer la previa y el postpartido en el propio estadio, ya que además de ofertas de restauración se abrirán los espacios para que tengan un espacio confortable. "Se intenta solucionar al máximo pero no vamos a conseguir que el 100% esté en la previa del partido", reconocían.
Sobre los aparcamientos, han apostado por la futura parada de la Línea 3 del Metro, que podría estar activa en 2030, además de lanzaderas específicas, por ejemplo, desde el campo de la feria al estadio, que ya está estudiando el Ayuntamiento, además de bolsas de aparcamiento que se pongan a disposición de los aficionados.
También se contempla la construcción de un parking con dos plantas, una de ellas destinada a los autobuses de los clubes y a los equipos de los medios de comunicación los días de partido, que tendrá 400 plazas, vinculadas principalmente al hotel y a los usos deportivos del estadio, aunque podría estar abierta a los vecinos, recordando que será una concesión quien lo gestionará.
En cuanto a los ploazos administrativos, están a la espera de que la Junta de Andalucía se pronuncie sobre el aspecto ambiental, que esperan solventar al no aumentarse el aforo (el estadio seguriá teniendo 60.000 localidades), ni los flujos vinculados, ni hay una actuación "agresiva" y se contemplan mejoras en el entorno. En el ámbito municipal, se encuentra en periodo de alegaciones la modificación puntual del PGOU, por la que optaron en lugar de hacer un reformado del proyecto inicial, y cuentan con una consultoras especializada para afrontar cualquier duda urbanística que surja.
Con estos condicionantes, además de las obras del propio estadio de La Cartuja que se iniciarían en junio, el objetivo del club es licitar las obras, que ejecutarían "grandes constructoras con solvencia", a principios del año 2025 para que dos años después estén finalizadas.