Beñat, la bomba de La Roja

Sorpresas te da la vida. Muy positivas en este caso. Porque muchos esperaban la llamada de Rubén Castro (merecida  tras los 16 tantos anotados en el campeonato de la regularidad) y resulta que contrapronóstico Beñat Etxebarria es convocado por Vicente del Bosque para la concentración que España iniciará la semana que viene en Schruns (Austria) como preparación de la Eurocopa de Ucrania y Polonia. El bético, salvo cambio de planes en las próximas fechas, participará en los entrenamientos y en los partidos amistosos ante Serbia (el 26 de mayo en Saint-Gallen) y frente a Corea del Sur (el 30 de mayo en Berna), ambos en Suiza. No está previsto que juegue el que tocará disputar contra China el próximo tres de junio en el estadio de La Cartuja de la capital hispalense.

“No me lo esperaba. Me ha pillado totalmente por sorpresa. Aún no me lo creo. Sólo quiero agradecer el trabajo del equipo, de mis compañeros, del míster y del club. Se lo debo todo a ellos. Todavía no me lo imagino, estoy en un sueño. Ha sido una noticia muy agradable e inesperada. Voy con toda la ilusión y la alegría de estar ahí con todos ellos. Voy a pelear por estar en la Eurocopa, pero está complicado. Estoy muy contento con lo que he conseguido”, comentaba al respecto un jugador que todavía no ha asimilado la citación del salmantino. Que en tres años ha pasado de jugar en Segunda B a la selección. Posiblemente, la llamada es el premio a la buena temporada hecha en su vuelta  a Primera división por el cuadro heliopolitano.

Sorprendido, pero muy halagado por las palabras del seleccionador patrio. “Para mí es un halago que Vicente del Bosque hable así de mí. Todavía no me lo creo. Es una satisfacción enorme que hablen tan bien de uno. Tenía  planificadas las vacaciones, pero no hay problema en decirle a mi novia que no vamos de vacaciones. Es un logro muy bonito para mí y la experiencia que voy a vivir”, apuntaba, rememorando la vez en la que sus padres le impidieron defender la camiseta de España en categorías inferiores. “Es cierto que tuve una convocatoria para una sub 17 y mis padres no me dejaron ir. Tenía exámenes y preferí estudiar porque pensé que era lo mejor para el futuro”, recordaba con una sonrisa de oreja a oreja durante la rueda de prensa ofrecida en el Benito Villamarín.

No podía ser de otra manera, terminaba hablando de su futuro. De las opciones de seguir vinculado las próximas campañas con el Real Betis. “Me quedan dos años de contrato y estoy tranquilo. El club dirá si le interesa venderme o no. Aquí estoy encantado. En principio pienso seguir aquí”, rubricaba sin esconder el valor de su cláusula de rescisión: 20 millones de euros. Ya lo saben todos aquellos conjuntos interesados en hacerse con los servicios de un jugador que de estar en la NBA hubiera ganado por méritos propios el galardón que premia al debutante del año.