El tiempo en: Ayamonte
Jueves 14/11/2024
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Sevilla

El déficit tarifario

El déficit de tarifa se produce porque los ingresos por venta de electricidad son menores que los costes de producir y entregar dicha electricidad...

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai

El déficit de tarifa se produce porque los ingresos por venta de electricidad son menores que los costes de producir y entregar dicha electricidad. Como llevamos varios años viendo cómo nos suben, trimestre a trimestre, la tarifa eléctrica, es lógico que nos preguntemos por qué este aumento continuado del precio no termina nunca de resolver el problema del déficit. Este artículo intenta contestar a esta pregunta.

Y para entender por qué, hay que empezar hablando, cómo no, de la profunda crisis económica que estamos viviendo. Durante los años de bonanza, igual que sucedió en tantos otros sectores, las grandes empresas eléctricas realizaron inversiones que, desde la perspectiva actual, resultan claramente sobredimensionadas. Lo mismo que existen aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches y millones de viviendas vacías, nuestro sistema eléctrico cuenta con flamantes centrales eléctricas de ciclo combinado y nuevas subestaciones o redes de distribución absolutamente infrautilizadas por un consumo que está muy lejos del inicialmente previsto.

Cabría esperar que eso hubiera supuesto una enorme caída en los beneficios de estas empresas. Sería lo lógico. Lo mismo que las concesionarias de autopistas o las empresas inmobiliarias están pasando enormes problemas por su falta de ventas, similares dificultades deberían estar padeciendo las empresas de electricidad. Pero no. Si nos vamos a la memoria de la patronal del sector, UNESA, correspondiente al año 2010 (los datos de 2011 y 2012 se mantienen en la misma línea) vemos que la crisis económica no ha pasado por las grandes empresas eléctricas.

¿Por qué? Porque el Gobierno se ha ocupado de ir complementando sus ingresos por otras vías. Por ejemplo, retribuyendo con 1.500 millones de euros más la distribución eléctrica. En 2006, las grandes compañías recibieron por este concepto 3.714 millones y, en 2011, 5.230 millones, cuando el consumo eléctrico fue el mismo en ambos años. O con elincremento de retribución que desde 2011 reciben las instalaciones de ciclo combinado de gas como complemento de capacidad (estar disponibles para atender los picos de demanda).

Y también porque al decidir entre las 5 grandes el precio mayorista de la electricidad, ya se ocupan de determinaraquel que más les conviene para no ver reducidos sus beneficios.

Si preguntamos, sin embargo, a UNESA por el déficit, nos responderá que sus representadas no tienen absolutamente nada que ver con él. Las culpables son las centrales de energía limpia que han entrado en funcionamiento en los últimos años. Son los aerogeneradores, pero sobre todo las instalaciones fotovoltaicas las que explican íntegramente el déficit y contra las que hay que actuar para evitar nuevas subidas en el recibo de la luz. 

Y el Gobierno ha actuado y va a volver actuar al servicio de UNESA: después de los últimos decretos, las instalaciones fotovoltaicas han visto recortados arbitrariamente sus ingresos un 30 por ciento. Y con la nueva normativa, con la que amenaza el Ejecutivo para neutralizar definitivamente el déficit de tarifa, se les va a imponer un impuesto del 19 por ciento de los ingresos que quedan. Es decir, una quita conjunta del 45 por ciento.

Las tecnologías que nacieron protegidas del mercado con precios primados (energía renovable) por razones de interés general para favorecer el cambio de modelo energético que tanto necesita nuestro país ven cómo les quitan lo que antes les prometieron por ley. Y, mientras, las grandes eléctricas de este país, produciendo con tecnologías contaminantes y que invirtieron a riesgo y ventura en un mercado libre, son las que quedan acubierto de los embates de la crisis.

La jugada perfecta. Nos suben la luz para que las grandes eléctricas no vean reducidos sus beneficios y, con la excusa del déficit, se elimina la competencia de las renovables que podría poner en riesgo sus beneficios futuros.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN