Miles de sevillanos madrugaron hoy para acompañar a la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad, cuya procesión, en los alrededores de la Catedral, ha tenido la novedad de detenerse junto a la estatua del papa Juan Pablo II, que fue inaugurada ayer.
Poco después de las siete de mañana las campanas de la Giralda comenzaron a convocar a los fieles, los más madrugadores de los cuales se situaban ya en la Puerta de Palos de la Catedral -por donde salió y entró la Virgen-, en la Plaza Virgen de los Reyes y en la calle Mateos Gago.
Sobre las ocho de la mañana salió la Virgen por la Puerta de Palos de la Catedral, en esta ocasión vestida con el manto de tisú color salmón, uno de los cinco de salida de los que consta el ajuar de la Virgen de los Reyes.
Este manto fue estrenado en la procesión del Congreso Mariano que se celebró en 1929, y está bordado en seda y oro por las Hermanas de la Cruz, camareras de la patrona y encargadas de elegir su ajuar de salida.
El recorrido tradicional de esta procesión, que se celebra cada 15 de agosto, ha sufrido un leve cambio para permitir que la imagen de la Virgen haga una parada ante la estatua del de Juan Pablo II, que visitó Sevilla en los años 1982 y 1993.
Acompañaron a la Virgen las principales autoridades civiles de la ciudad, entre ellos el alcalde, Juan Ignacio Zoido, y el portavoz socialista, Juan Espadas, mientras los oficios religiosos de la mañana estuvieron presididos por el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo.