El fiscal y los abogados en el juicio por la presunta petición de comisiones en Mercasevilla han recurrido a muchas metáforas futbolíticas para explicar los términos jurídicos que manejan, aunque los cuatro acusados tienen poca mentalidad de equipo y ni se han dirigido la palabra en las tres semanas de vista.
Ninguno de los cuatro acusados ha reconocido haber pedido una comisión de 450.000 euros al Grupo La Raza de hostelería y desde que comenzó el juicio, el pasado 28 de septiembre, todos ellos acuden a la Audiencia de Sevilla acompañados por sus propios amigos y familiares, apenas se miran y en los descansos cada uno ocupa un extremo del amplio vestíbulo situado junto al salón de plenos.
El exdelegado de la Consejería de Empleo en Sevilla Antonio Rivas siempre espera a la entrada de la sala de vistas, acompañado por su hermano y varios amigos, mientras que la funcionaria Regla Pereira, con su padre y su suegro, se sienta en un banco situado junto al despacho de la fiscal jefe de Sevilla.
El exdirector adjunto de Mercasevilla Daniel Ponce espera siempre junto a la escalera, acude solo y no habla más que con su abogado, mientras que el exgerente Fernando Mellet se sitúa al otro lado de la misma escalera y es el único que de vez en cuando recorre el vestíbulo de arriba abajo.
En sus declaraciones al jurado, Rivas negó ser el artífice de la petición de comisiones, Mellet se acogió a su derecho a no declarar pero previamente dijo a la Policía que las pidió por orden de Rivas, Ponce aseguró que Mellet le había dicho que actuaba por órdenes de Rivas y Regla Pereira manifestó que era una secretaria cuya misión era tener los papeles ordenados y llevar café a las reuniones.
El primero que usó el símil futbolístico fue el fiscal anticorrupción, Juan Enrique Egocheaga, quien se refirió a la grabación de más de una hora donde presuntamente se pidió el cohecho diciendo que "hay que verla en su conjunto", al igual que un partido de fútbol, frente a la interpretación de las defensas de que en los últimos minutos los empresarios extorsionados parecían dispuestos a pagar.
"Yo me fío más de la visión global de quien ha visto el partido completo", dijo el fiscal en su informe del pasado martes, y añadió que los dos empresarios del Grupo La Raza, que en total mantuvieron tres entrevistas con los acusados, transmitieron al jurado "su sensación clara de que les querían robar y estafar y de que ellos no tenían ninguna duda de que les estaban pidiendo una comisión ilícita".
El fiscal empezó su informe, en el que pidió 21 meses de suspensión para los cuatro acusados, diciendo que el jurado había visto todo el partido y por lo tanto no iba a cansarle con su repetición, sino que sólo iba a hablar "de los goles y de lo que ha hecho cada jugador".
El defensor de Ponce, Simón Fernández Rebollo, aludió a la posibilidad técnica de que la cinta del cohecho hubiese sido manipulada o cortada y afirmó que, para determinar lo que de verdad pasó, "hay que ver el partido completo, no la primera o segunda parte".
Carlos Galán, defensor de Pereira, se lamentó de que las acusaciones habían relatado al jurado "el final del partido España-Holanda pero contado por periodistas holandeses, que no vieron el buen juego de España ni el juego sucio de sus futbolistas".
Finalmente Francisco Baena Bocanegra, abogado del exdelegado de la Junta, se lamentó de que él había jugado "este partido en campo contrario, con las pruebas de la parte contraria y los defectos que tiene", en alusión a que "no se había podido defender" de la única acusación contra él, la vertida por Mellet ante la Policía, al haberse acogido éste a su derecho a no declarar en el juicio.