La concejala socialista de Alcalá de Guadaíra Laura Ballesteros aseguró ayer que ha reconsiderado “en su totalidad” su decisión de solicitar la baja dentro del partido y como miembro del grupo municipal del PSOE, por lo que continuará siendo militante y edil.
La edil da cuenta de esta decisión en un comunicado, en el que ha explicado que las reuniones celebradas con miembros de la dirección local y provincial del partido han sido suficientes “para crear un proceso de diálogo y consenso válido para conformar un futuro en el que la unidad en el partido y en el grupo municipal sea posible”. Estas divergencias en el grupo municipal socialista, compuesto por trece concejales frente a los doce de la oposición, podrían haber supuesto la pérdida de la mayoría del alcalde, Antonio Gutiérrez Limones, si finalmente se hubiera llevado a cabo la renuncia de esta concejala.
Ballesteros señaló que confía en que las causas que llevaron a su decisión inicial “sean abordadas con serenidad” en el seno interno del partido y en que todos estén capacitados “para solucionarlas” como siempre se ha hecho.
Añadió que su preocupación única ahora es “poder atender y solucionar los problemas de los ciudadanos” de la localidad sevillana y de todos los que confiaron en el PSOE.
A raíz de este asunto, el presidente del PSOE de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, se reúne esta tarde con Gutiérrez Limones y con la dirección local para “aclarar lo ocurrido” y “limar, si hay que limar, alguna aspereza”.
Este encuentro tiene lugar después de que dos concejales del PSOE, entre ellos Ballesteros, se ausentaran de un pleno -por lo que han sido expedientados- y el alcalde tuviera que hacer uso de su voto de calidad para aprobar las propuestas de su grupo.
Villalobos, que también preside la Diputación de Sevilla, ha negado, que las divergencias en el grupo municipal se deba a que el alcalde compitió en el congreso provincial socialista con la secretaria general del PSOE de Sevilla y consejera de la Presidencia, Susana Díaz.
