El anuncio, por parte de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento hispalense, de sustituir las farolas existentes en varias plazas del centro (Plaza del Pan, Alfalfa y Plaza de la Pescadería) y colocadas hace pocos años, por otras de estilo fernandino, operación con un presupuesto de 240.082 euros, no ha sido bien recibida por la agrupación local socialista ‘José Galán Merino’, de San Jerónimo, que ha denunciado públicamente la cara “clasista” del alcalde Juan Ignacio Zoido, del que señalan que vuelca todos “sus esfuerzos inversores” en los barrios “más pudientes” de la ciudad, dando de lado a los barrios periféricos.
Así, el sustituir estas farolas ya existentes en el centro de la capital hispalense es para la agrupación socialista algo “completamente innecesario”, al tiempo que señalan que la “justificación del esteticista Zoido de malgastar el dinero público cambiando unas farolas que funcionan perfectamente por otras más a su estilo decimonónico de gestión”, en base a que se trata de un compromiso municipal, indigna a los vecinos de San Jerónimo, con quienes Zoido también se comprometió durante las elecciones a que realizaría un proyecto para rehabilitar las naves de Renfe.
Un proyecto, que con una inversión menor de 500.000 euros, serviría para destinar las naves a vivero de empresas y emprendedores, entre otras ideas barajadas.
Por este motivo la agrupación socialista ‘José Galán Merino’ denuncia que “Zoido tiene un cuarto de millón para farolas, pero no tiene 500.000 euros para rehabilitar las Naves de Renfe”.
Según el PSOE de San Jerónimo “está claro que para Zoido hay barrios y barrios”. “Unos con los que cumplir sus compromisos electorales, como Nervión, Centro y Los Remedios, y otros donde su único objetivo es sacar votos para servir los intereses de los barrios ricos de Sevilla”, señalan al respecto los socialistas, que inciden en que no les vale la excusa de la “herencia recibida”.
“Ahora -continúan- demuestra que sí hay dinero para cambiar unas farolas nuevas y que funcionan perfectamente, por una cuestión estética, mientras deja hundirse las naves por el simple hecho de encontrarse en San Jerónimo, un barrio de personas trabajadoras”.