El Real Betis, con su derrota (0-1) ante la UD Almería, se hunde un poco más y da otro paso hacia la temida segunda división ante un rival que con los tres puntos toma oxigeno para sus aspiraciones de mantener la categoría.
Otra vez y van muchas tuvo el Betis que remar a contra corriente con el 0-1 (m.3, obra de Ramón Azzez), en un partido que se jugaba la vida o al menos la mitad, ante un Almería que con la ventaja a su favor jugó sin complejos y sin agobios.
Pese a que el juego del Betis no fue brillante, porque sobre la maltrecha cancha verdiblanca no había un "cerebro" para organizar el juego de los locales, las oportunidades de peligro merodearon con más insistencia en el área almeriense.
Así, Jorge Molina -en remate de cabeza-, Vadillo, con balonazo con despeje de Esteban, otra vez Jorge Molina -ahora a las nubes- y Juan Carlos -ya en el ocaso del primer tiempo- con balón a la cruceta -décimo remate de los béticos en lo que va de liga a la madera- del marco almeriense, pudieron llevar las tablas a un partido que mantuvo la emoción por la incertidumbre del marcador que no por el buen juego.
Una vez más el talón de Aquiles de los béticos fue su línea defensiva, con demasiadas indecisiones y con los nervios a flor de piel frente a un Almería que jugó de forma ordenada, sencilla y con las líneas muy juntas, lo que dificultó enormemente a los béticos llegar con claridad de ideas.
En el segundo tiempo el Betis arreció en sus intentos y convirtió a Esteban en el auténtico protagonista con intervenciones de gran mérito, como ante Vadillo -minutos 46 y 47- Jorge Molina, Rubén Castro y la del minuto 61, doble de Rubén y Jorge Molina - a bocajarro- con la suerte aliada de los almerienses., y en el minuto 69 en falta de Matilla con desvío a córner.
Pero mas clara fue la de Oscar Díaz, a centro medido de Aleix, que se había ido de los verdiblancos, y el lanzamiento del delantero se fue por encima del travesaño en lo que pudo ser la sentencia. La misma opción que tuvo Suso, ya en el 91, con Aleix Vidal solo, y enredo que despeja el meta Sara.
Al final, decepción en la fiel hinchada verdiblanca que expresó con una enorme bronca su disconformidad con la situación deportiva del equipo, "farolillo" rojo de la categoría. También se cantó el himno bético y el "sí se puede" con los jugadores desolados en el centro del campo y aplaudiendo a los aficionados.