El Museo de Bellas Artes de Sevilla mostrará a partir del 27 de enero dos obras pictóricas ajenas con el programa 'Obra Invitada': 'La Cantaora' (1917) y 'La Niña del Canario' (1918), ambas de Diego López García --escuela sevillana, siglo XIX-- y las dos prestadas por la colección Luque Cabrera.
Ambas piezas se exhibirán junto a otra del mismo autor, 'Sevillana en su patio', donada al museo con anterioridad también por Francisco Luque Cabrera, ha precisado la Junta en una nota. Los tres cuadros podrán verse en la Sala XIII desde el 27 de enero al 5 de abril de este año. Por otro lado, la exposición de la colección de la Fundación Francisco Godía finaliza el próximo domingo 25 de enero, habiendo cosechado desde su apertura (23 de octubre de 2014) más de 39.000 mil visitas.
Diego López García (Sevilla, 1876-1969) fue un pintor costumbrista que se dedicó al retrato y a plasmar escenas cotidianas de la Andalucía de su época. Los tres cuadros que forman esta pequeña muestra son sendos retratos para los que el autor tomó como modelo a la misma persona: María Romero Navarro, conocida como 'María la guapa'. 'La Cantaora' (1917) es un óleo sobre lienzo pintado en la madurez artística que demuestra su habilidad como retratista: María Romero posa sentada, apoyando con sutileza la cabeza sobre su mano izquierda. El cuadro muestra también el virtuosismo del autor en el empleo del color, con gran viveza expresiva y una singular vibración lumínica.
'La niña del canario' (1918), por su parte, es un lienzo de formato ovalado donde destaca el manejo de un variado y vibrante colorido, dispuesto en combinaciones sorprendentes resueltas a partir de pinceladas de gran decisión, algunas, como en el caso del fondo, de largo recorrido. Pese a tratarse de un retrato, la escena representa una amable cotidianeidad reforzada por la inusual posición de la modelo, con las piernas recogidas, como queriéndose adaptar al formato ovalado del lienzo.
La tercera pieza que se verá junto a las dos prestadas, 'Sevillana en su patio' (1918), es probablemente la obra más lograda de Diego López: retrato de la misma modelo que contiene todos los elementos de su pintura, al que añade toques hiperrealistas.