ACES (Aircraft Composites Engineering and Sports), así es como se llama la idea de negocio emprendedor, enmarcada dentro de la economía circular, que surgió hace un año en Sevilla y tiene como objetivo sacar al mercado, antes de que finalice el año, un cuadro de bicicletas formado a partir del carbono excedente en la industria aeronáutica. Una iniciativa emprendida por cinco jóvenes sevillanos: Pedro Cañizares, José María Adalid, Beltrán Aguilar y Fátima Abaurrea, entonces estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería; Reyes Fedriani, licenciada en Derecho y ADE; y “el alma máter del proyecto”, Miguel Muñoz, operario del laboratorio de la ETSI.
Al echar la vista atrás una de estas jóvenes, Fátima Abaurrea, recuerda cómo empezó todo hace justo un año, en el laboratorio de la propia Universidad, cuando vieron la cantidad de fibra de carbono que se desechaba: “Mi compañero Pedro Cañizares, al que le gusta mucho el deporte, empezó haciéndose su propia tabla de surf pero después de investigar un poquito vio que el nicho de mercado era bastante grande y que el sector en el que la fibra de carbono tenía más gancho era el ciclismo”.
Fue el potencial de la fibra de carbono unido a las exigencias de la industria aeronáutica lo que les llevó a pensar en la economía circular y a emprender ACES. “El sector aeronáutico almacena rollos de fibra de carbono hasta que llega un día en el que se da cuenta de que tiene material que ya no supera los estándares de calidad y por tanto va a ser tirado. Ahí es donde entramos nosotros”, explica Abaurrea, pues lo que hacen es reutilizar esa fibra que, aunque es apta y de calidad, va a ser tirada. Le dan una segunda vida en sectores ajenos al aeronáutico, concretamente en el ciclismo.
“Todo el mundo tiene una bicicleta pero las de fibra de carbono son carísimas, en torno a 5.000 euros”, señala Abaurrea. Ahí es donde han visto su oportunidad pues con ACES sacarán al mercado bicicletas de carbono de incluso mayor calidad que muchas que ya están a la venta, por estar formadas por carbono que procede de la industria aeronáutica, a un precio mucho menor, “entre aproximadamente 1.200 y 1.500 euros”, asegura.
Hace ahora justo un año y desde entonces no han parado. Algo que les ha llevado no solo a triunfar en el sueño del emprendimiento sino que, además, les ha hecho merecedores de distintos premios, donde destaca el XI Concurso de Ideas de Negocio de la US que les permitió disfrutar de una estancia en el Berkeley Method Bootcamp en la Universidad de California, el cual Abaurrea recuerda con los pelos de punta: “Aquello es la cuna del emprendimiento, donde se ha creado Apple, Facebook... Saber que en la silla de al lado han podido estar sentados ellos…”.
Una estancia que les ha permitido encauzar ACES a nivel global y donde consiguieron quedar segundos de los 18 grupos que llegaron a la final. Gracias a la constancia que les define están llegando a lo más alto.
A día de hoy tienen claro que su hito es sacar un cuadro de bicicletas, un hito que está en un futuro muy cercano pues ya tienen la horquilla principal con la que demostrarán si la tecnología aplicada es la adecuada: “Ahora que tenemos la horquilla tenemos que romperla para saber cuánto aguanta, una vez que hagamos eso pasamos al frame de bicicleta y a las especificaciones de cliente”, un proceso que pretenden culminar antes del próximo mes de diciembre, por lo que antes de que termine el año podremos hablar de un nuevo negocio sevillano que mezcla juventud, emprendimiento, originalidad y reutilización.
