El Instituto Municipal de Deportes (IMD) de Sevilla ha planteado a las asociaciones vecinales de la Macarena, su idea de reformar por completo el centro deportivo Virgen de los Reyes y sustituir su piscina cubierta por una nueva, licitando una concesión administrativa mediante la cual una empresa asumiría los costes de las obras, a cambio de la gestión y explotación de este recinto de titularidad pública. La piscina, como se recordará, está cerrada desde agosto de 2014, precisamente después de 15 años en manos privadas.
Fue en septiembre de 1999, recordémoslo, cuando el consejo de gobierno del IMD adjudicó a la sociedad limitada Surpool Servicios Acuáticos Integrales una concesión administrativa para la gestión integral y explotación de la piscina cubierta Virgen de los Reyes, hasta entonces de gestión directa por parte del IMD. La concesión administrativa contemplaba un periodo de cinco años ampliable a 20 años. Pero a partir de marzo de 2001, Surpool habría dejado de atender sus obligaciones frente a la Seguridad Social, ocasionando que el propio IMD hiciese frente a una deuda de 500.221 euros por este extremo, como "responsable solidario" del impago.
Surpool, además, habría omitido el pago del canon implícito en la concesión administrativa y gracias al cual la Administración local esperaba recibir un retorno económico como contraprestación por haber cedido a esta empresa privada la gestión y explotación completa de este recinto deportivo público.
En concreto, Surpool habría llegado a adeudar unos 138.803 euros al IMD. Las deudas de la empresa con la Seguridad Social, según la documentación recogida por Europa Press, motivaron el embargo de la concesión administrativa, subastada en abril de 2011 por la Agencia Tributaria en favor de Atlántico Sur, que tomó posesión del recinto deportivo al mes siguiente.
CIERRE Y RECUPERACIÓN DEL ESPACIO
Finalmente, en agosto de 2014 el IMD ordenó el cierre cautelar de estas instalaciones deportivas por deficiencias de seguridad e higiénico sanitarias y ya en octubre de ese año, tras no pocos conflictos con esta nueva empresa, declaró la plena "caducidad" de la concesión administrativa de la que gozaba Atlántico Sur, recuperando así el Ayuntamiento el control del centro deportivo Virgen de los Reyes y su piscina cubierta, que como se ha señalado permanece cerrada desde agosto de 2014.
Ahora, casi tres años después del cierre de la piscina cubierta, el IMD ha expuesto, en una reunión con asociaciones vecinales de la Macarena, que "la inversión necesaria para la rehabilitación y puesta en servicio con un nivel óptimo de calidad de este espacio alcanzaría casi los 4,5 millones de euros".
Dado el caso, el IMD aboga por afrontar la reactivación del recinto mediante un sistema de "colaboración público-privada". Se trata, según este organismo del Ayuntamiento de Sevilla, de licitar una concesión administrativa, para que una empresa asuma "la cuantiosa inversión" de 4,5 millones de euros, reforme por completo las instalaciones, sustituya la piscina y después disfrute de la gestión y explotación comercial de las mismas, "bajo control y supervisión del IMD".
CUANDO EL COSTE "SE DISPARA"
Según el concejal de Deportes, David Guevara, mediante esta fórmula, las instalaciones podrían estar ya en servicio "en 2019". "Este gobierno siempre ha defendido que se pueden establecer marcos de colaboración público privada cuando la inversión sea inasumible para el Ayuntamiento o cuando se trate de nuevos centros deportivos que se construyan en la ciudad. Cuando son inversiones que podemos asumir, como es el caso de la recuperación de la piscina de Tiro de Línea o las mejoras en Alcosa, se han hecho manteniendo la gestión directa, pero cuando la inversión necesaria se dispara debemos buscar otras opciones que garanticen un servicio adecuado", ha defendido el edil socialista.
Según Guevara, esta propuesta implica "una solución real a los problemas que ahora mismo tiene la instalación y los vecinos que no pueden disfrutarla, en un plazo medio de tiempo y a través de un proyecto serio y riguroso". La idea de recurrir a una empresa privada para que asuma el proyecto y explote después las instalaciones, según alega, es "un modelo que se ha puesto ya en marcha durante distintos mandatos municipales, como ha ocurrido recientemente en los centros deportivos Mar de Plata o La Rosaleda".