El director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Antonio Zoido, ha reivindicado públicamente que el principal evento cultural de la capital andaluza “tendría que tener un presupuesto mucho más consolidado y si quiere entrar, que debería entrar -subraya-, el Ministerio de Cultura, no puede entrar con una subvención que no se sabe el día de antes qué cuantía va a tener, sino que tendría que tener una subvención nominativa que ya de antemano se dijera que el Ministerio aporta a la Bienal x”.
Durante una entrevista concedida a Ondaluz Sevilla TV, Zoido ha explicado que el objetivo es que cuando termine esta Bienal se pueda empezar a programar la siguiente. Para el director de la Bienal lo primero es disponer de un “equipo cohesionado, que lo tiene, con experiencia, que ya sabe por dónde tirar, que yo creo que hay que reforzarlo, y empezar a preparar como se hace en en el Museo, en el Teatro Real o en el Maestranza; ver qué cosas, qué espectáculos, empezar a hablar con las compañías”.
Pero para eso, según dice, es necesario disponer de un presupuesto estable “no se puede estar esperando a ver si lo va a tener o no lo va a tener”.
Cuentas claras
Al hilo de la cuestión económica y sabiendo que después del último espectáculo programado para el 30 de septiembre su obligación será la de “rendir cuentas y todo lo que viene después. La responsabilidad es dejar el evento cuadrado”. Antonio Zoido reconoce estar “tranquilísimo” en este sentido, después de las polémicas presupuestarias de las últimas ediciones.
Zoido llegó a afirmar que su antecesor en el cargo, Cristóbal Ortega, “no dejó ninguna sombra porque la Bienal no pasa ningún dinero, la Bienal no tiene personalidad jurídica. Si no puedes tocar el dinero, difícilmente si tú no tocas ese dinero te puede dejar sombra”.
Enciende pero no ilumina
Respecto al resultado de la presente vigésima edición, el director de la Bienal de Flamenco ha reconocido en Ondaluz Sevilla TV que el proyecto “Enciende Sevilla” “se ha quedado a medias, advirtiendo que “lo estoy diciendo para quien lo quiera escuchar”. Según Zoido, “nosotros tenemos planteado que la Bienal, además para ser ese evento del otoño lo necesita, tuviera su propia iluminación. Esa iluminación -explica- no tiene que ser la de al Feria o la de Navidad. Era un proyecto de iluminación mucho más tenue, mucho más lírico, más apropiado para el flamenco que partía de un gran racimo de candiles mucho mayor del que se ha puesto en la Plaza de San Francisco (eso es lo que se va a dejar de semilla para futuras ediciones). Queríamos que ese modelo hubiera estado por toda la ciudad, junto a aquellos establecimientos donde hubiese espectáculos; todos hubiesen tenido su pequeño racimo de candiles y haber creado una ruta de luz que hubiese sido muy bonita”.
Con la aspiración de que se proyecto pueda culminarse en futuras ediciones y con el objetivo de trabajar por que la Bienal vaya calando cada vez más entre los propios sevillanos, Antonio Zoido afronta el ecuador del evento sin saber si le gustaría continuar o no. “No lo sé, yo voy como los entradores, partido a partido. Tengo 75 años, no tengo que hacer carrera, estoy aquí porque me siento feliz haciendo esto y me da igual estar en un lado que en otro”.