El Gobierno de España cuenta desde el pasado miércoles con toda la
comunidad matemática de España trabajando para conseguir la
proyección más precisa sobre cómo
evolucionará en los próximos días la pandemia del coronavirus. El reto científico ha sido asumido por el
Comité Español de Matemáticas, que ha creado un
grupo de diez expertos (entre ellos, un
andaluz, el profesor
David Gómez Ullate, de la
Universidad de Cádiz) al que ha llamado
Acción matemática contra el coronavirus.
Estos diez expertos recibirán las predicciones que los matemáticos de toda España les envíen en los próximos días, aplicando cada uno de ellos los modelos matemáticos con los que trabajen o que estén desarrollando. El objetivo es hacer una proyección promediada. Entre los matemáticos que han aceptado el reto lanzado por el Comité Español con el respaldo del Gobierno de España hay, al menos,
dos grupos de investigación del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla (IMUS). Su
director,
Emilio Carrizosa, intenta estos días hacer una labor divulgativa sobre el valor de los datos. “Con ellos,
las predicciones a corto plazo se pueden hacer, pero a largo plazo es como con las predicciones meteorológicas: es más difícil acertar”, explica. “
El famoso pico es difícil de predecir porque están cambiando las cosas continuamente”, apunta. Un ejemplo: que el
confinamiento se cumpla con más o menos intensidad, un elemento que el prestigioso
Imperial College, instituto londinense, considera clave. En su
último informe asegura que estas medidas de aislamiento en España
han salvado nada menos que 16.000 vidas.
Pero hacer proyecciones sobre cómo evolucionará la pandemia no es el único reto al que pueden contestar los matemáticos. Encima de la mesa están algunos otros, como el
qué hacer con los test rápidos, cómo distribuirlos; o cómo asignar los recursos tanto humanos como materiales y, uno en el que el IMUS se ha involucrado directamente: hacer un
modelo con el que diagnosticar de manera precoz el coronavirus más severo. “
Vamos a asesorar a hospitales que están en una fase muy prematura de estos ensayos clínicos”, apunta Carrizosa. “Hacer ahora un ensayo clínico cuando el sistema sanitario está especialmente saturado es muy difícil”, aclara el director del IMUS.
Este investigador es consciente del valor psicológico que tienen las predicciones pero pide que no se entre en “una subasta” de proyecciones que “con seres vivos, a largo plazo, son complicadas”. “
Además de la guerra a las fake news hay que declarar la guerra a las fake de análisis de datos”, concluye.