Los estudiantes, todos residentes en un edificio rehabilitado para su alquiler, montaban fiestas en el piso desde que comenzó el confinamiento
Una decena de estudiantes que viven en un edificio de la barriada de Los Remedios de Sevilla han sido imputados por presuntos delitos contra el medio ambiente, tras provocar que los vecinos lleven meses sin poder dormir con normalidad debido al ruido que provocan las fiestas que organizan desde el pasado marzo.
La Policía ha informado de que el caso se remonta al inicio del confinamiento por la pandemia de covid-19, el pasado marzo, cuando comenzaron a producirse fiestas privadas en un edificio de Los Remedios utilizado por estudiantes universitarios.
Las graves molestias por el ruido de las fiestas en el interior del inmueble llevaron a algunos vecinos “hasta la desesperación y a necesitar tratamiento médico como consecuencia de la imposibilidad de conciliar el sueño durante estos meses”.
Durante este periodo, los vecinos han acudido al Ayuntamiento de Sevilla y al Defensor del Pueblo Andaluz para buscar alguna solución al problema, y en varias ocasiones agentes de Policía Local han intervenido para evitar las molestias y que los vecinos pudiesen descansar, así como por los incumplimientos de las medidas sanitarias establecidas durante la pandemia, “cuestión esta que excusaban al residir todos o la mayoría en el mismo edificio".
Este tipo de concentraciones originó que la Policía Local denunciase en alguna ocasión a una decena de jóvenes que incumplían el Decreto de Estado de Alarma, y al afectar de forma grave a algunos vecinos, “que han requerido asistencia sanitaria como consecuencia del grave perjuicio que la actitud irrespetuosa de estos jóvenes les estaba causando”, los agentes han instruido diligencias por delito contra el medio ambiente para que se depuren responsabilidades por el ejercicio de la actividad ejercida en ese edificio.
El origen de estas molestias se encuentra en un inmueble rehabilitado para una actividad de alquiler de habitaciones a estudiantes universitarios por parte de una empresa de la capital.
Cuenta con 21 habitaciones para su alquiler, cinco baños, un aseo, cocina compartida y zonas comunes e incluso una piscina en la terraza.
Este tipo de alojamientos estaba siendo, desde hace meses, investigado por el grupo de Policía Turística de la Policía Local que continúa avanzando en esa línea de trabajo para detectar las irregularidades administrativas que pudieran estar produciéndose en la misma.