Le robó a la mujer 130 euros y, después, aprovechándose de la "situación de terror" de la víctima, abusó sexualmente de ella
Un ladrón reincidente que se enfrentaba a una posible pena de veinte años de cárcel por robar en una casa, violar a la propietaria, una anciana de 81 años, y volver a los seis días para atracarla de nuevo ha sido finalmente condenado a un total de cuatro años y medio de prisión tras un acuerdo entre las partes.
La condena que la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla ha impuesto este miércoles a Álvaro G. L. por dos delitos de robo con violencia en casa habitada y otro de agresión sexual es fruto de la conformidad alcanzada antes del juicio por su defensa, la víctima y la Fiscalía, que inicialmente pedía cinco años y nueve meses de cárcel por cada robo y ocho años y medio por la violación.
Fruto de ese pacto previo, el Ministerio Público y la acusación particular han estimado las atenuantes de drogadicción, dilaciones indebidas, reparación del daño y confesión tardía, así como las agravantes de disfraz y, en el caso de los robos, reincidencia.
Así, en una sentencia anticipada a viva voz y declarada firme en la misma sala, el tribunal ha condenado al encausado un año y tres meses por cada delito de robo y dos años por la agresión sexual, así como el pago de una indemnización de 2.530 euros, según han informado fuentes judiciales a Efe.
El propio procesado, de 35 años, ha admitido con su conformidad que el primer hecho ocurrió sobre las 4:30 horas del 23 de diciembre del 2014 cuando se dirigió a la vivienda de la víctima, en un pueblo de la Sierra Norte de Sevilla.
Álvaro G. L., que ocultaba su rostro con un pasamontañas y una gorra, rompió un cristal de la puerta trasera y, ya dentro de la casa, puso una pistola sobre la cabeza de la mujer y le dijo que la iba a matar.
Tras obligarla a decirle dónde tenía efectivo, se apoderó de 130 euros, pero "poseído entonces" por el "ánimo de satisfacer sus deseos sexuales" y aprovechándose de "la situación de terror en que tenía sumida" a la anciana, la obligó a situarse de espaldas a él "con el camisón subido y las bragas bajadas".
A continuación "inclinó" a la señora "hacia delante", le abrió las piernas e inició "actos de naturaleza sexual" sobre ella, aunque no los consumó "por causas que se desconocen".
Al abandonar el inmueble, advirtió a la mujer de que "la mataría si decía algo" y que "sabía dónde vivía y de quién era familia".
El segundo hecho, como constaba en el escrito de acusación y reflejará la sentencia, sucedió sobre las 3.30 horas del 29 de diciembre cuando Álvaro G. L., "perpetuado en idéntico ánimo de apoderamiento ilícito" que seis días antes, volvió a entrar en la misma casa, esta vez "rompiendo un cristal del balcón de la primera planta".
Una vez allí, amenazó a la víctima con un arma blanca y de nuevo la obligó a entregarle el efectivo que tenía, que eran 400 euros, aunque en esta ocasión también le quitó dos pares de pendientes y dos colgantes.
La mujer no tuvo que ser asistida por los servicios sanitarios "a pesar de la violencia" que sufrió.
El acusado, que ya tenía cuatro condenas firmes por otros tantos robos con fuerza cometidos entre el 2010 y el 2014, era consumidor de sustancias estupefacientes en la época de los hechos, lo cual "afectaba pero no anulaba" sus facultades.
Antes del juicio, además, consignó 600 euros a cuenta de la indemnización a la víctima.