La afirmación de que la Ruta Canaria se ha convertido en la vía migratoria más peligrosa ya no es solo una apreciación generalizada entre quienes trabajan en ella, es un hecho: uno de cada cinco muertos o desaparecidos contabilizados en el mundo por la Organización Internacional para las Migraciones en 2021 pereció en el Atlántico rumbo a las islas.
De acuerdo con los datos que recopila esta agencia de Naciones Unidas a través del programa "Missing Migrants", 5.795 personas fallecieron en 2021 en el camino mientras emigraban a otro lugar: 2.048 en el Mediterráneo, 1.488 en África, 1.248 en América, 779 en Asia Oriental, 133 en Europa y 99 en Asia Occidental.
Los responsables de la OIM siguen desde hace tiempo con detalle lo que está ocurriendo en Canarias, porque la evolución de las diferentes vías marítimas que conducen a las islas en patera, cayuco o lancha neumática desde la costa de África Occidental es alarmante.
En 2017, la Ruta Canaria aportó un único fallecido a la lista de migrantes muertos en camino que publica Missing Migrants, una sola víctima sobre el balance total de 1.669 vidas perdidas ese año en toda África (excluido el Mediterráneo, que tiene cuenta aparte).
Desde entonces, las muertes en la Ruta Atlántica no han dejado de crecer: 43 en 2018, 202 en 2019, 877 en 2020 y 1.109 el año pasado, según las cifras facilitadas a Efe por los responsables del programa, que siempre precisan que su recuento debe tomarse como un mínimo, porque solo incluye los casos en los que se recupera el cadáver (muy pocos) y aquellos otros en los que, aunque el cuerpo se quedara en el mar, hay testimonios de los supervivientes.
De hecho, reconocen que son conscientes de que se les escapan muchos "naufragios silenciosos", de pateras que desaparecieron con todos sus ocupantes en el mar, sin que nadie pueda contar lo que le pasó, lo que explica que el recuento que realizan algunas ONG sea muy superior.
El colectivo Caminando Fronteras, por ejemplo, cifra el balance de la Ruta Atlántica en 2021 en 4.016 muertes, tomando como referencia los avisos facilitados por las familias de que quienes un día salieron hacia Canarias, sin que nunca se volviera a saber de ellos.
La serie histórica de "Missing Migrants", que comienza en 2014, muestra que, en el caso de África, el Atlántico ha matado a mucha más gente en los últimos tiempos que la travesía por el desierto del Sahara, que tradicionalmente era el punto más peligroso del continente para los migrantes, con 5.260 muertos en los últimos ocho años, por 2.660 de la Ruta Canaria, 525 en las travesías del Cuerno de África a Yemen o 144 en los cruces de las Islas Comoras a Mayotte (departamento francés en el Índico).
Eso dicen las cifras acumuladas, pero los parciales de los dos últimos años y de lo que va de 2022 son claros: las muertes rumbo a Canarias fueron el 71 % de las registradas en las rutas de África en 2020 (877 de 1.230), el 74 % en 2021 (1.109 de 1.488) y el 88 % del primer trimestre de 2021 (148 de 168, sin contar los 25 muertos del último cayuco de El Hierro, conocidos tras cerrarse esos números).
¿Cuál es el peso de la Ruta Canaria en las entradas a Europa? De acuerdo con los números que publica la Agencia Europea de Fronteras y Costas, Frontex, el año pasado accedieron al territorio de los Veintisiete de manera irregular 194.948 personas: 22.504 por las islas atlánticas españolas, 18.254 por el Mediterráneo Occidental, 65.362 por el Central y 20.373 por el Oriental, 60.540 por los Balcanes y 7.915 por las repúblicas del Este.
Es decir, Canarias fue en 2021 la puerta de entrada a Europa del 11,5 % de todos los inmigrantes que accedieron de manera irregular a la UE por las fronteras terrestres o por las costas. Si el foco se restringe a las llegadas por mar, Canarias recibió en su territorio al 17,7 % de las 126.493 entradas contabilizadas durante 2021.
Cruzar los datos de desaparecidos de la OIM con los balances de llegadas de Frontex pone de manifiesto que el año pasado perdió la vida rumbo a Canarias una persona por cada 20,3 que llegaron a tierra (4,9 %, 1.109 sobre 22.504). Esa tasa duplica la mortalidad de las travesías del Mediterráneo, que asciende en conjunto a una víctima por cada 50,7 supervivientes (1,9 %, 2.048 sobre 103.989).
Y en esa Ruta Atlántica hacia "El Dorado" europeo no solo se dejan la vida los adultos. Las cifras de la OIM también incluyen al menos a 26 niños y adolescentes muertos tratando de llegar a Canarias en 2021 y a siete en el primer trimestre de 2022.
Es algo que tampoco resulta extraño, si se tiene en cuenta que en estos momentos uno de cada siete inmigrantes que arriban al archipiélago en patera no ha cumplido los 18 años (el 14 %), según datos proporcionados a Efe por Cruz Roja. Solo en los tres meses transcurridos de 2022, han desembarcado en las islas 42 lactantes, 88 niños de tres a once años y 585 adolescentes de doce a 17 años.
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Uno de cada cinco migrantes que muere en ruta en el mundo perece rumbo a Canarias
Los responsables de la OIM siguen desde hace tiempo con detalle lo que está ocurriendo en Canarias
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