España, donde el fuego ha arrasado en lo que va de año casi 300.000 hectáreas forestales, sigue presentado riesgo alto de incendio debido a una situación climatológica dominada por el calor y la escasez de lluvia, según la Unidad Militar de Emergencias (UME), que ha pedido a los ciudadanos extremar la precaución en el monte.
Entre las zonas con mayor riesgo de sufrir un gran incendio en lo que resta de año destaca el noroeste peninsular, con Zamora, las cuatro provincias gallegas y Asturias a la cabeza, por los antecedentes climatológicos y por causas antrópicas, ha explicado a EFE el capitán Roberto García, analista de riesgos naturales de la UME.
Los incendios se originan bien de forma natural, por ejemplo un rayo, bien por la acción del hombre y hay zonas en las que existe el hábito de realizar quemas para la regeneración de pastos o terrenos de cultivo, lo que hace que registren más incendios.
Según el especialista, tanto las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) como del centro de predicción europea Copernicus apuntan a unos meses de septiembre y octubre más cálidos de los normal e incluso un poco más secos.
Por ello, aunque la incertidumbre es elevada, pues la fiabilidad de las previsiones baja cuanto más a largo plazo son, lo cierto es que si no llueve y dados los antecedentes de meses anteriores, marcados por olas de calor de una intensidad nunca vista y ausencia de precipitaciones, el riesgo de incendios en España se mantiene alto.
Ahora mismo, ha afirmado, la situación es "crítica" y el riesgo es alto, tanto porque el combustible, sobre todo los árboles, está muy secos, como porque se prevén meses de calor y bajas precipitaciones.
Así, sólo falta que salte una "chispa" para completar el triángulo del incendio forestal y se desate un gran fuego: combustible preparado para arder (árboles, matorrales y pastos secos), altas temperaturas y oxígeno (vientos fuertes) e ignición (rayo, chispa de maquinaria, colilla, etc..).
Por ello, ha pedido que se extremen las precauciones en toda actividad en el monte, ya sea lúdica o laboral, máxime porque en otros años los meses de septiembre y octubre han sido "muy activos y duros" en lo que respecta a incendios.
LA CAMPAÑA MÁS AGRESIVA DESDE LA ENTRADA EN OPERACIÓN DE LA UME
Así, por ejemplo, en 2017, en sólo diez días de octubre, "tuvimos 23 operaciones", ha advertido el capitán de la UME, unidad del ejército que interviene en las labores de extinción de un fuego cuando las comunidades autónomas ven superados sus medios y lo solicitan ante su peligrosidad (amenaza poblaciones) o extensión.
Hasta agosto, han efectuado 53 intervenciones incendios forestales, sólo siete menos que en todo 2012, año de su máxima actividad, con 60 operaciones, ha añadido García, quien ha afirmado que, no obstante, ésta está siendo la campaña "más agresiva" desde que la UME entró en operación, en 2007.
Esto se debe a que este año está habiendo muchos más grandes incendios (aquellos que superan las 500 hectáreas) porque la sequedad y las altas temperaturas hacen que tengan una velocidad de propagación extrema y que en unas horas se quemen miles de hectáreas, superando la capacidad de los medios de extinción.
Según la estadística de incendios forestales que elabora el Ministerio para la Transición Ecológica con datos proporcionados por las comunidades autónomas, hasta el 21 de agosto se han registrado en España 51 grandes incendios, frente a una media de 13 en el último de decenio, y se han calcinado unas 247.670 hectáreas, cuatro veces más que en la media desde 2012 (61.151 hectáreas).
Las comunidades no aportan datos hasta que los incendios se dan por controlados o extinguidos, por lo que esa estadística no refleja fielmente la situación en tiempo real.
Así, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés), que para sus estimaciones usa imágenes satelitales aportadas por Copernicus, esta cifra se eleva a 293.891 hectáreas.
"Nosotros hacemos el seguimiento de las operaciones con Copernicus", ya que va marcando casi en tiempo real el perímetro de los incendios, lo que es de gran ayuda, pues el operativo no tiene "conciencia situacional" debido al humo, el estrés o los propios trabajos de extinción, ha añadido.