El lazo en apoyo a la lucha contra el cáncer de mama en la cima de las Tetas de Viana, dos montañas gemelas situadas en la Alcarria de Guadalajara, se ha alzado con el Récord Guinness con sus 5.720 m2 de tela en defensa de la vida y en apoyo de la lucha contra el cáncer de mama.
Este ha sido el veredicto de la jueza acreditadora de Guinness, llegada desde Londres, que ha subido hasta las Tetas de Viana para dictaminar su decisión, que se ha conocido al mediodía de este sábado. Tras conocerse, se han escuchado gritos de 'ole', mezclados con un sentimiento de ilusión y de que este logro es compartido.
Una decisión que se ha hecho esperar y que concluye con la valoración de este gigantesco lazo como el lazo de conciencia más grande del mundo.
Para alcanzar este récord, la jueza acreditada ha obligado a la organización a contar con un técnico y dos testigos independientes de la reconocida identidad, que han acreditado lo que ella les ha preguntado. Estos han sido la directora de la UNED de Guadalajara, Lorena Jiménez, y el director de Proyecto Hombre, Modesto Salgado.
Se han vivido innumerables momentos de emoción con todo tipo de historias involucradas en esta lucha contra el cáncer, y muchas verdades detrás de algunas de las participantes, así como la "verdadera obsesión de las doctoras por explicar cómo las mujeres deben palparse las mamas para coger a tiempo la enfermedad".
TRILLO, IMPULSOR DE LA INICIATIVA
Es una iniciativa auspiciada por el Ayuntamiento de Trillo, localidad a la que pertenece Viana, para mostrar su apoyo a la investigación en la lucha contra el cáncer de mama y concienciar de la necesidad de cuidarse, pero también para dar a conocer al mundo entero las Tetas de Viana, declaradas monumento natural por el Gobierno de Castilla-La Mancha, tal y como ha resaltado a Europa Press la creadora de la idea, Laura Domínguez, junto a Fernando Toquero y Mario González.
Unas montañas gemelas, situadas a 1.116 metros sobre el nivel del mar, que han sido elegidas para colocar este gran lazo precisamente por su simbolismo, al ser su forma similar a la del pecho de las mujeres. "Las Tetas de Viana ofrecen esa lectura positiva que relaciona naturaleza, deporte y vida, con la cura del cáncer de mama", manifiesta Domínguez.
Cientos de personas, entre las que se encontraban la doctora de la Unidad Central del Cáncer de Mama de la Comunidad Madrid, la radióloga Carmen de Juan, o la ginecóloga e influencer científica Mercedes Herrero, y mujeres afectadas por la enfermedad, han participado este sábado en el ascenso a estas montañas inspiradoras.
Tal y como ha reconocido Laura Domínguez, ha sido un reto "precioso", que ha supuesto también un "tremendo esfuerzo", con momentos muy complejos que ha habido que sortear tanto a la hora de determinar cómo se cosía este enorme lazo, como de concretar cómo se realizaba la subida.
Sin embargo, a su juicio, "ha sido un gran desafío por la vida" en el que la mayoría de las personas que han participado de una u otra forma en el reto tienen detrás una historia de superación". Así, subir a las Tetas de Viana ha sido para todas como una metáfora de la propia vida.
Hasta aquí se han acercado mujeres que han sufrido un cáncer de mama o que tienen un ser querido que lo padece, doctoras que trabajan en su curación, así como personas concienciadas en la lucha contra esta dolencia, que como Laura Domínguez o la Corporación de Trillo y sus vecinos, quieren que las Tetas de Viana y su entorno sean más conocidas por el mundo entero.
RETO COMPLICADO
El proceso de colocación del lazo ha sido espectacularmente complicado. Han tenido que batir el récord que ahora mismo tienen los Emiratos Árabes por la confección de otro lazo de 4.800 metros cuadrados por la lucha contra el tumor cerebral.
Guinness ha obligado a que este lazo lleve la forma del que se lleva en la pechera. Para ello se ha utilizado una cinta de 287 metros de largo por 26 metros de ancho, que han tenido que subir hasta la cima de las "tetas", donde han montado el lazo que ha ocupado 80 por 110 metros.
En esta confección primero han montado la cabeza del lazo y después las dos patas. Dieciocho costureras han estado cosiéndolo a mano en la cima, ya que subir con él montado resultaba imposible. Una dificultad a la que se ha unido la propia orografía de las montañas.
En todo caso, para Domínguez, ha sido un doble reto muy emocionante de confección del lazo y lucha contra la enfermedad, para lo cual también se han puesto en venta pulseras o lazos de conciencia, y todo lo que se recaude será para la Asociación Contra el Cáncer.
Detrás de todo este proyecto ha habido muchísimo trabajo que hoy se ha traducido en llantos de alegría, emoción, y ganas de seguir en la lucha contra el cáncer, así como dar visibilidad a esta bella comarca de la Alcarria, cuyos vecinos se han involucrado de lleno en este proyecto. "Ese es también uno de los mayores logros, que el propio territorio se ha creído el proyecto desde el primer momento", ha concluido Domínguez.