El doctor en Psicología Clínica Ricardo de Pascual, profesor de Psicología de la Universidad Europea, advierte de que "es peligroso" decir que el 'Blue Monday' es el día más triste del año: "Estamos dirigiendo la atención de la gente hacia donde no tendría que estar", apunta.
El tercer lunes del año, es decir, este 16 de enero, es el 'Blue Monday' o el día más triste del año, según la fórmula que creó en 2005 el psicólogo Cliff Arnall, investigador y profesor adjunto de la Universidad galesa de Cardiff (Gales). A su juicio, el fin de la Navidad y la vuelta a la rutina condicionan que el estado de ánimo de muchas personas estén en estas fechas por debajo de lo normal.
La teoría del 'Blue Monday' también da mucha importancia al tiempo invernal, ya que las bajas temperaturas y la ausencia de luz durante períodos más prolongados hacen que se pase más tiempo en casa y haya menos interacciones sociales.
"Hasta donde yo sé, el 'Blue Monday' es supuestamente el día supuestamente más triste del año, pero tiene más de estrategia comercial que otra cosa. Lo importante es la situación personal de cada uno", ha comentado De Pascual, en declaraciones a Europa Press. En este mismo sentido se ha pronunciado Fátima Gómez, profesora de Sociología de la misma universidad, quien afirma que esta efeméride responde a la "moda" de que hay un día para todo, por lo que es "un día más que se ha puesto en el calendario con unas intenciones comerciales".
No obstante, la socióloga aboga más por hablar de la conocida como "cuesta de enero". "La cuesta de enero es el momento más triste de las vacaciones, se describe como un bajón después de la Navidad, donde ha habido muchos eventos sociales. En este momento, las personas se replantean situaciones de familia, de pareja, y también se pueden dar situaciones de crisis en el trabajo. Enero ha sido siempre un mes triste de modo ritualista", comenta Gómez en declaraciones a Europa Press.
Así, advierte de que, con el 'Blue Monday', se crea una suerte de "profecía autocumplida en redes". "Creamos una falsa situación, en este caso el día más triste del año, que evoca un comportamiento y, a base de insistir, se puede convencer de que realmente será un día malo, y la gente que esté mal psicológicamente puede verse afectada", comenta.
Para el psicólogo de la Universidad Europea, lo que ocurre en la 'cuesta de enero' es "lo mismo que pasa al final del verano: depresión postvacacional". "Pasamos una temporada en que muchos de nosotros tenemos vacaciones, disfrutamos de más tiempo en casa, en la que vemos que el trabajo se reduce o no hay trabajo, a de pronto volver a la normalidad. Solo por efecto de contraste, afecta al estado de ánimo", explica.
Con todo, detalla que impacta más sobre personas cuya vida haya cambiado "para mejor" durante la Navidad. "Si mi vida no ha cambiado mucho por vacaciones, tampoco hay nada que echar de menos ni nada que me vaya a hacer sentir mal. En cambio, si durante las vacaciones mi vida ha cambiado un montón y esta ha sido mas divertida y agradable, ahí sí que me voy a sentir peor", explica.
Preguntado sobre cómo afecta el componente económico en estas fechas, recuerda que "un fenómeno psicológico nunca viene del aire". "La gente lo pasa mal con cuestiones económicas, y esto provoca problemas psicológicos: la incertidumbre, la dificultad de si voy a poder mantenerme o no. En enero, después de las fiestas, estas dudas se vuelven particularmente evidentes", comenta De Pascual.
Para el psicólogo, más que consejos para "cuestiones puntuales" como la 'cuesta de enero', prefiere apostar por "prevenir", mediante pequeños cambios en la rutina. "Dentro de las posibilidades de cada uno, es importante que el ocio no sea solo algo que hacemos en fines de semana o en vacaciones", asegura.
"Si mi vida habitual no tiene nada de ocio, evidentemente eso es un problema, porque cualquier momento en que vaya a tener ocio se vuelve imprescindible, como las vacaciones, pero luego la vida a la que regreso vuelve a ser gris y triste", relata el experto. Por ello, propone hacer planes en la semana que incluyan salir, ver a gente, o incluso planes dentro de casa que hagan desconectar de la rutina diaria.
A modo de conclusión, este experto reitera que, en lugar de mirar a qué día es el más triste, "habría que tener en cuenta que los problemas psicológicos no salen del aire". "Estos son hijos de nuestros contexto y nuestro sistema. Entonces, quizás nos tendríamos que preguntar por que nuestro sistema genera tantos problemas psicológicos", ha sentenciado.