Dinamarca, Francia y Portugal son los países que cuentan con las hipotecas más baratas en Europa, con unos tipos de interés que de media se sitúan en el 1,11%, 1,57% y 1,93%, respectivamente. España resiste y, a pesar del fuerte aumento de los tipos, ocupa la cuarta posición, con un 2,02%, según los datos de la Federación Hipotecaria Europea (EMF) correspondientes al tercer trimestre de 2022.
Para el conjunto del continente europeo, el tipo de interés medio no ponderado fue del 3,48% en el mismo periodo, lo que sitúa a España un 42% por debajo de la media europea con los tipos medios más baratos. Si se trata de hipotecas fijas, España sale aún mejor parado.
Teniendo en cuenta la antigüedad, para una hipoteca a tipo fijo con hasta cinco años de antigüedad, España escala al segundo puesto con los tipos más baratos del 2,29%, solamente superada por Finlandia (1,52%). Si la antigüedad es superior a los diez años, aparece como el país de toda Europa con los tipos más competitivos (1,79%), según la EMF.
El director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, en declaraciones a Servimedia, considera que “el sector financiero en España es especialmente eficiente y competitivo en las condiciones que ofrecen a sus prestatarios en relación a nuestro entorno". De hecho, "fue de los primeros en anticiparse al previsible cambio en el escenario de tipos de interés, ofertando nuevas hipotecas en condiciones muy atractivas de tipos fijos”.
Precisamente, esta política la viene aplicando CaixaBank desde hace seis años con la firma del 70% de su cartera hipotecaria a tipo fijo, mucho antes del incremento de tipos de interés. En la actualidad, para el banco ya supone el 90% de la nueva contratación hipotecaria con el objetivo de minimizar el impacto de la escalada de los tipos de interés a sus clientes y en línea con las recomendaciones del Banco de España.
Otros bancos mantuvieron cifras similares el año pasado en este sentido, como es el caso de Bankinter, que en el primer trimestre de 2022 firmó el 80% de las nuevas contrataciones hipotecarias a tipos fijos, una cifra que ha ido a la baja en el último año hasta alcanzar el 42% en el mismo periodo de 2023.
Izquierdo resaltó que, “a diferencia del pasado, en que las hipotecas se referenciaban con tipos variables en relación al Euribor, ahora cerca de dos tercios de las hipotecas que se conceden se hacen con tipos fijos, que por definición se configuran sobre bases de medio y largo, que no solo son más estables, sino que en la actualidad son también referencias más favorables, tras las subidas acontecidas de este último año en los tipos de corto”.
Así, las últimas estadísticas del INE muestran que el 65,7% de las nuevas hipotecas constituidas sobre viviendas en febrero fueron fijas y el 34,3% restante a tipo variable, cuando hace tres años era prácticamente al revés.
Ejemplos de entidades que apostaron por el tipo variable en 2022 son bancos como Unicaja, que mantuvo un 60% de su cartera de particulares a tipo variable, e Ibercaja, con un 85% de su nueva producción hipotecaria el año pasado.
SITUACIÓN EN EUROPA
En Europa, la subida del euríbor y el encarecimiento de las cuotas de las hipotecas a tipo variable ya contratadas ha provocado que también haya un aumento en la contratación de las hipotecas a tipo fijo. De este modo, los países donde más se notó la firma de nuevas hipotecas fijas en el tercer trimestre de 2022 fue en Bélgica, con un 84,9%, España, con un 61,1%, y Alemania, con un 41%.
El director general del IEE aclaró que “nuestro mercado inmobiliario es, dentro de Europa, uno de los más sólidos y con mejores fundamentos y por lo tanto con menor riesgo en ratios como el esfuerzo financiero, creación de hogares y de empleo, niveles de precios y deuda... lo que permite disfrutar de diferenciales de tipos menores que los de otros países”.
Izquierdo aseveró que “la tendencia en las nuevas operaciones de crédito es clara, y previsiblemente continuará en los próximos meses". "La mayor parte de las hipotecas se conceden a tipos fijos, lo que reduce tanto el esfuerzo financiero a corto plazo al tiempo que mitiga los riesgos de vulnerabilidad financiera en escenarios de subidas de tipos como los que hemos vivido en los últimos años”.
Finalmente, concluyó que “no se puede hacer recomendaciones generales sobre la conveniencia de unas referencias u otras, ya que las necesidades y circunstancias cambiantes en el tiempo de cada hogar son las que en última instancia determinan y condicionan sus necesidades financieras”.