La Guardia Civil ha detenido a catorce personas (nueve españolas y cinco colombianas), integrantes de una red que se dedicaba a trasladar a Canarias partidas de cocaína que escondían en paquetes de detergente de una conocida marca para su posterior distribución.
Según ha informado el Ministerio del Interior en un comunicado, en el marco de la operación 'GOTEO' desarrollada en Tenerife, Madrid y Valladolid, se han practicado 14 registros domiciliarios (ocho en la capital y seis en Tenerife), se han intervenido 20 kilos de cocaína, 105.000 euros en efectivo, 30 vehículos, y se han bloqueado inmuebles y productos financieros por un valor de 3 millones de euros.
Así, en uno de los registros que se han practicado en la localidad madrileña de Valdetorres del Jarama, los agentes han encontrado un laboratorio dotado de gran cantidad de productos químicos para la adulteración de la droga, prensas, máquinas de envase al vacío, medios de pesaje y otros utensilios.
La investigación policial dio comienzo el pasado mes de mayo cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de que una persona que vivía en la isla de Tenerife estaba recibiendo de forma periódica desde Madrid partidas de cocaína ocultas en paquetes de detergente que llegaban en contenedores.
IMPLICADO UN EMPLEADO DE UNA AGENCIA DE ADUANAS
El cabecilla de la red se trasladaba a Madrid, donde adquiría un gran número de envases de detergente, que eran trasladados a un taller mecánico ubicado en el barrio de Vallecas (Madrid), propiedad de otro miembro del grupo. Allí, tras desprecintar los envases, los rellenaban con la droga y volvían a sellar.
Inmediatamente después, un empleado de una agencia de aduanas de Tenerife tramitaba la documentación necesaria, que permitía el traslado del detergente a la isla e informaba a la organización de la llegada al puerto de la mercancía o de las posibles incidencias en su traslado.
Asimismo, las personas encargadas de suministrar la cocaína a la organización se desplazaban de manera periódica a Canarias para percibir importantes cantidades de dinero en efectivo correspondiente al pago de la droga. Después, los suministradores transportaban ese dinero por vía aérea hasta Madrid, utilizando, en caso de ser interceptado en los puntos de control de los aeropuertos, una falsa acreditación de "peritos judiciales".
Finalmente, los integrantes de la red, utilizando varias empresas legalmente establecidas en Madrid, contaban con falsos autónomos que se encargaban de aportar facturas falsas por servicios no prestados para blanquear el dinero obtenido por la venta de la droga y engordar sus gastos y beneficios. Estos falsos autónomos abrían cuentas bancarias a su nombre, que la organización de narcotráfico utilizaba para introducir en el curso legal el dinero obtenido de forma ilícita.