El 56,1 por ciento de los jóvenes españoles considera admisible la pena de muerte para delitos muy graves, un 0,87 por ciento más que en 2006, según un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) del que se desprende que si bien los jóvenes son tolerantes con conductas privadas como el aborto, son cada vez más conservadores en lo público.
El estudio, 'Jóvenes y Valores', ha sido presentado por el director general del Centro Reina Sofía de la FAD, Ignacio Calderón; su director técnico, Eusebio Megías y el catedrático emérito de Sociología de la Universidad de Deusto y coordinador del trabajo, Javier Elzo. Se basa en 1.003 entrevistas estadísticamente representativas a jóvenes entre 15 y 25 años y residentes en 82 puntos del territorio nacional.
En las encuestas se propuso a los jóvenes puntuar de uno a diez el grado de admisibilidad de determinadas conductas sociales. El 43,9% situó la pena de muerte como poco o nada admisible (entre 1 y 4 puntos), mientras que un 17,4% la calificó de medianamente aceptable (valores de 5 y 6), y hasta un 38,7 por ciento la puntuó como completamente asumible (de 7 a 10 puntos).
Respecto de 2006, cuando se realizó un estudio similar, la admisibilidad de la pena de muerte entre los jóvenes ha crecido un 0,87 puntos, lo que según los expertos, llama a la reflexión. "El aumento de la aceptación de la pena de muerte viene de atrás", plantea Megía, que relaciona este posicionamiento de los jóvenes con otra de las conclusiones del estudio: mayor deseo de seguridad y de un Estado fuerte que controle el orden público.