Desde el año 2016 las Fuerzas Armadas cuentan con las denominadas Unidades de Protección frente al Acoso (UPA) para promover su objetivo de "tolerancia cero" entre la milicia. La del Ejército de Tierra ha recibido desde entonces 130 consultas que han derivado en un total de 46 denuncias, todas interpuestas por mujeres militares.
El coronel Blas Moreno, al frente de esta UPA, defiende en una entrevista con Europa Press los esfuerzos que realizan para acabar con cualquier caso de acoso en sus unidades. Pese a la alarma social que generan los casos que se hacen públicos, asegura que el porcentaje entre los 74.000 efectivos del Ejército de Tierra es mínimo.
"Además de delictivas o disciplinarias, son conductas contrarias a los principios y valores de la institución, que se esfuerza al máximo para erradicarlas. Entre otras cosas, por el gran desprestigio que pueden suponer y empañan el trabajo diario que, a veces con mucho riesgo personal, están realizando la mayor parte de miembros del Ejército", explica.
La UPA es un órgano ajeno a la cadena de mando que nació con el mandato de garantizar la prevención y eliminación del acoso sexual y por razón de sexo en el ámbito castrense. Divide su labor entre campañas de difusión y sensibilización en los cuarteles militares y la atención a quienes ya han sido víctimas de acoso.
Al margen de las que acaban en denuncia, entre las 130 llamadas recibidas en 2016 y 2017 también hubo quienes sólo querían información, quienes querían consultar si un comportamiento concreto podía ser considerado acoso o incluso denuncias por violencia de género que no son competencia de la UPA, sino que deben ser tramitadas por otras vías judiciales.
En total, en los últimos dos años ha habido 46 denuncias en el Ejército de Tierra por acoso, todas ellas interpuestas por mujeres. De ellas, 20 ya han finalizado su tramitación con diferente resultado y 26 se encuentran todavía en curso (17 por la vía judicial).
El coronel Moreno remarca que el objetivo es que no haya ni un solo caso de este tipo en el seno de las Fuerzas Armadas, pero destaca que estas denuncias representan un índice del 0,059 del total de efectivos del Ejército de Tierra. Y si se tiene en cuenta sólo a las mujeres (8.799), es un porcentaje del 0,46 por ciento.
Cuando un militar sufre acoso sexual puede denunciarlo a través de su mando directo, en un juzgado o mediante la UPA. Cuando esta unidad recibe la llamada de una víctima inmediatamente pone en marcha el protocolo de actuación del Ministerio de Defensa y le ofrece apoyo psicológico y jurídico.
SEGUIMIENTO PSICOLÓGICO
En cuanto al primero, el teniente coronel Damián Palenzuela es quien se pone en contacto por teléfono con las víctimas para hacer una primera evaluación y acordar su tratamiento con alguno de los 75 psicólogos del Ejército de Tierra repartidos por toda España.
Según explica el teniente coronel a Europa Press, la mayoría de los casos de acoso son de "impacto limitado" --no llegan a violación ni agresión sexual grave-- y por tanto las víctimas requieren una media de tres o cuatro sesiones con el psicólogo. Después se sigue en contacto con ellas para hacer un seguimiento de su estado y garantizar su vuelta al trabajo con la mayor normalidad posible.
Sin embargo, las víctimas sí que suelen volver a pedir esta ayuda cuando su caso llega a los tribunales y tienen que ir a declarar o participar en algún procedimiento. En este ámbito, el judicial, es en el que interviene la capitán Elena Álvarez-Uría, quien se encarga directamente de prestar asesoramiento jurídico a las víctimas.
Para ello, remarca en la conversación con Europa Press que es muy importante tener en cuenta la situación emocional de la víctima para no desbordarla con tecnicismos. Su asesoramiento también puede ser previo para ayudarles incluso a interponer la denuncia.
El protocolo del Ministerio distingue entre acoso sexual y acoso por razón de sexo e incluye también actuaciones denigrantes para las mujeres como pueden ser la colocación de posters de carácter sexual en los cuarteles o "conductas hostiles" hacia quienes ejercen derechos de conciliación.
ACABAR CON LOS CÁNTICOS MACHISTAS
Un ejemplo de esto son los cánticos machistas que entonaron legionarios por las calles de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) con estrofas como "yo prefiero un tanque a una mujer, porque el tanque va a la guerra y la mujer la guerra es".
"Son determinadas conductas que causan muy mala imagen y no son propias de estos tiempos", subraya el coronel, que hace hincapié en erradicar todas estas conductas "con independencia de las reticencias personales que pueda haber". "El Ejército es una institución jerarquizada donde las órdenes se tienen que cumplir", zanja.
El oficial al mando de la UPA insiste en el interés de que "a nivel social se tenga el convencimiento de que en el Ejército se están poniendo todos los medios para erradicar este tipo de conductas" y "en ningún momento están siendo amparadas".