Las emisiones globales de efecto invernadero deben dejar de crecer de manera inmediata y caer a un ritmo del 7,6 por ciento cada año desde 2020 a 2030 para tener la posibilidad de limitar el calentamiento del planeta en 1,5 grados centígrados, según ha advertido este martes el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (PNUMA), que insiste en que de no ser así no se alcanzará el reto marcado por el Acuerdo del Clima de París firmado en 2015.
La advertencia, emitida este martes en Ginebra en el Informe anual de la brecha de emisiones del PNUMA, llega a menos de una semana de la celebración de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU que se celebrará del 2 al 13 de diciembre en Madrid y a poco más de un mes de que en 2020 entre en vigor el Acuerdo de París.
El informe sobre la 'brecha', entre lo necesario para frenar el cambio climático y lo comprometido, señala que "incluso" si se implantan todos los actuales compromisos incondicionales bajo el Acuerdo del Clima de París, la temperatura global del planeta subirán 3,2 grados centígrados, lo que conllevaría impactos climáticos más destructivos y de mayor rango.
Por ello, el PNUMA insiste a los países en que la ambición colectiva "debe aumentar más de cinco veces los niveles actuales para lograr los recortes necesarios durante la próxima década para alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC.
Así, insiste en que el año 2020 es un "año crítico para la acción climática" y alienta a que la próxima Cumbre del Clima (COP26) que tendrá lugar en Glasgow, Escocia, determinará el curso futuro de los esfuerzos para frenar la crisis y los países deberían aumentar significativamente sus compromisos climáticos.
El informe del PNUMA indica que las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado el 1,5 por ciento cada año en la última década a pesar de los diferentes avisos y llamamientos a la acción. De hecho, en 2018 las emisiones totales alcanzaron las 55,3 gigatoneladas de CO2 equivalente. Para volver a la senda deseada, las emisiones anuales en 2030 deberían ser a 15 gigatoneladas de CO2 equivalente menores cada año para limitar el incremento de temperatura a 2ºC e incluso, 32 gigatoneladas de CO2 menores para lograr el objetivo de 1,5ºC.
Si las cosas siguen como están actualmente, las temperaturas, lejos de aumentar 1,5ºC, podrían crecer entre 3,4 y 3,9 grados centígrados al final de este siglo, lo que conllevará destructivos impactos. Esto se traduce en un recorte de emisiones de GEI al año de un 2,7 por ciento cada año entre 2020 y 2030 para el reto de los 2ºC y un 7,6 por ciento al año para el objetivo de 1,5ºC.
El PNUMA, contundente, asegura que las tecnologías el conocimiento de las políticas para cortar las emisiones se conoce pero la transformación debe comenzar con las negociaciones del G20 que suman el 78 por ciento de las emisiones totales, pero 15 de los miembros del G20 no se han comprometido con un objetivo de cero emisiones.
"Nuestro fracaso colectivo en actuar pronto y duramente contra el cambio climático significa que ahora deberemos hacer un recorte de emisiones más profundo, de un 7 por ciento cada año si queremos cortarlas ya en esta próxima década", ha manifestado la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
"Esto muestra que los países no pueden simplemente esperar hasta final de 2020, cuando se deberán aportar nuevos compromisos climáticos, para aumentar la acción. Ellos, los países, y cada ciudad, región, empresa y persona individual, debemos actuar ya", ha urgido.
Asimismo, ha dicho que se necesita rápidamente reducir las emisiones tanto como sea posible en 2020 y entonces mostrar nuevas contribuciones nacionales para iniciar rápidamente la mayor transformación de las economías y las sociedades. "Necesitamos compensar los años en los hemos estado procrastinando", ha sentenciado Andersen que insiste en que si no se hace, no será posible llegar al objetivo de 1,5ºC antes de 2030.
Finalmente, señala que hay un mayor entendimiento a nivel global de los beneficios adicionales asociados a la acción climática, tales como un aire limpio y una mayor posibilidad de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El PNUMA valora también que se están realizando mayores esfuerzos y ambición de los Gobiernos, las ciudades, las empresas y los inversores. Las soluciones y la presión para implementarlas son "abundantes".