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Tambucho y Emparrillao

Navidades barbateñas

Guardo en mi memoria madrugadas de laúd, bandurria, guitarra, violín, triángulo, pandereta, ‘pescaíto’ y otros instrumentos que se tocaban en la rondalla...

Publicado: 28/12/2021 ·
09:04
· Actualizado: 28/12/2021 · 09:04
Autor

Manuel Varo Pérez “Ica”

Autor que cantara a su pueblo por carnavales y escribiera parte de su historia en Barbate Información, Trafalgar Información y Viva Barbate

Tambucho y Emparrillao

Narrador empedernido de un paraíso llamado Barbate, donde la naturaleza se distingue por su belleza

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Sentado en el cantillo de mis sueños, recibía los primeros rayos del Sol que inundaba aquellas casitas de cal, intentando vencer el frío mañanero engullendo más que masticando aquel descomunal ‘mollete con manteca colorá’. De cada ‘cortina de red’ o ‘celosía’ se oía la voz plateada con acento caribeño de Antonio Machín, cantando: Campanitas que van repicando... Era víspera de Nochebuena y se escuchaban los discos dedicados de Radio Tánger, emisora que tenía muy buena recepción por su proximidad. No hay más que mirar desde cualquier punto de la playa para divisar sus costas que, aunque hoy parezcan algo extrañas, en los años cincuenta era un barrio más de Barbate. Un barrio que había que cruzar en barco, pero resultaba más familiar y beneficioso que cualquier otro lugar de España.

Cuando en la Península faltaban la mayoría de productos de consumo y los que había estaban racionados, Tánger era excepcional y variopinta despensa donde con muy poco se traía de todo. Y como eran las ‘partijas del último oscuro’, desde el patrón al ‘niño el barco’, traían de estraperlo golosinas y productos que ofrecía aquel puerto franco. Esos días ‘escoraban’ hasta los Guardias Civiles que estaban de puesto en el muelle viejo.

Con calorías de Sol y ‘mollete’, los niños recorríamos las tabernas donde ‘partían’ los barcos para recoger de padres y tíos, los ‘duritos’ verdosos que gastábamos en ‘boniatos de Gavara’, o cabezas de micos, planchas, sultanas, camiones, palmeras..., que con agrado despachaba Isabel la de Victor en la dulcería ‘la Mina’ (calle Real).

Desde el mediodía al atardecer, en las tiendas de bebidas, que era como decir en todas las calles, los marineros cantaban: Esta noche es nochebuena… entre medias botellas y tabaco de ‘cuarterón’, hasta que enronquecías sus gargantas.

Son imborrables los recuerdos de los seres queridos: el olor a matalauva y miel que emanaba de cada casa; los villancicos de pandereta, almirez, cucharas y botellas de anís El Mono… Siempre me abstraía aquella zambomba (pequeña tinaja hueca con un trozo de tela de cuyo centro salía un carrizo con fichas aplastas de gaseosa ‘Lora’ colgado de un alambre en la punta del carrizo), armonizando con su rum-rum.

Guardo en mi memoria madrugadas de laúd, bandurria, guitarra, violín, triángulo, pandereta, ‘pescaíto’ y otros instrumentos que jóvenes barbateñ@s tocaban en la rondalla cuando cantaban villancicos por las calles de mi pueblo.

Desde estas páginas del Viva Barbate, os deseo a tod@s unas felices fiestas y venturoso 2022.

 

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