Fue el primer capítulo de una Semana Santa en la que, a los ya conocidos atractivos turísticos que ofrece Torremolinos, se suman unos sencillos pero bellos y emotivos desfiles procesionales que cada año se confirman como el más genuino exponente del profundo apego del municipio a sus tradiciones.
La Imagen de Jesús a la Entrada de Jerusalén, popularmente conocida como ‘La Pollinica’, comenzó su desfile procesional a las 11,00 horas, una vez cumplida la tradicional Bendición de las Palmas, para la cual la Cofradía dotó más de 600 de esas palmas adquiridas en Elche.
Así, abría la procesión la Cruz Parroquial, acompañada por dos antorchones y tres monaguillos, a los que seguía la Banda Municipal de Torremolinos, tras la cual desfilaban una entrañable comitiva de unos 200 niños vestidos a la usanza hebrea con palmas rizadas, que conforman lo que se conoce popularmente como ‘Escuela de Cofrades’, así como un centenar de nazarenos con túnica marfil, capirote azul damasco y palmas medianas.
En esta alegre y luminosa comitiva destacaba especialmente el Estandarte de la Cofradía, con bordados realizados en los Talleres de Sebastián Marchante, y tras el mismo, un numeroso grupo de fieles, quienes portaban también las emblemáticas palmas como principal símbolo de esta jornada de júbilo.
Como cada año, la representación municipal esuvo encabezada por el alcalde, Pedro Fernández Montes, a quien acompañaban los miembros de su Equipo de Gobierno y otros miembros de la Corporación, bajo escolta de la Policía Local con uniforme de gala, así como representantes de los Cuerpos de Seguridad y hermandades de Torremolinos; la Junta de Gobierno de la Cofradía, el director espiritual y los monaguillos con el incensario.
Por su parte, la bella Imagen de ‘La Pollinica’ era portada por 60 hermanos de la Cofradía, que lucían túnicas color marfil con detalles en azul, lo que hacía resaltar la Imagen de Jesús, su belleza serena con un exorno floral formado por un monte de romero y tomillo de la Sierra de Torremolinos y cuatro centros, cada uno de ellos en una de las esquinas, compuestos por iris azules, claveles amarillos, gladiolos blancos y flor de cera, un conjunto acompañado por la música interpretada por la Agrupación Musical San Isidro Labrador de Churriana y numerosos penitentes portando ramas de olivo.
