La recuperación del
patrimonio histórico de Torremolinos y su
inclusión en el centro urbano como un atractivo más cerró el lunes un nuevo capítulo.
El alcalde de la localidad, José Ortiz, firmó la
cesión a coste cero de la parcela del Molino de la Bóveda con sus dueños, Promociones Valdechoque. El
consistorio, por su parte,
deberá tramitar el Estudio de Detalle para esta zona en la que se construirá un
hotel, obras que durarán
tres años y para las que se invertirán
cerca de 40 millones de euros.
El complejo, de
210 habitaciones, liberará la
planta baja para c
rear una gran plaza en la que se reconocerá un ficus centenario y los molinos.
Rehabilitación
Según el convenio firmado, los
propietarios ceden voluntariamente al Ayuntamiento el inmueble del siglo XV, tras
realizar trabajos de rehabilitación y consolidación del edificio. Cabe destacar que los trabajos de mejora se ampliarán una vez que la administración local decida el uso que dará al Molino de la Bóveda.
La actuación se dará en
dos parcelas privadas, con una
superficie de 3.490,44 metros cuadrados situadas en el entorno del cementerio. La recuperación incluye también los restos arqueológicos de molinos preexistentes, así como el ficus centenario y el tajo natural de travertino. Asimismo, se crearán
pasos peatonales que mejorarán las conexiones entre calles, con el
objetivo de conectar el centro con la playa, y se crearán
dos plazas: la del Molino y la del Ficus.
Plaza-mirador
La
Plaza del Ficus será un
gran mirador de 2.000 metros cuadrados, que tendrá
vistas al mar y al entorno arqueológico del Molino de la Bóveda. Por tanto, la parte baja del hotel será peatonal, acristalada y estará integrada en esta plaza.
También se creará la
Plaza del Molino, que contará con
1.000 metros cuadrados y
conectará, entre otras calles, con la
Cuesta del Tajo y el Camino de la Playa. Con esta medida se busca prolongar las zonas peatonales de la ciudad hacia La Nogalera. Así, desde la parte peatonal en la parte baja del edificio hacia la izquierda se accederá al molino y, hacia la derecha, con el Camino de la Playa y los ascensores que bajan al paseo marítimo de Torremolinos.
Por otro lado, también está prevista la
cesión al consistorio de la ladera de travertino, donde se realizarán
trabajos que integren el desnivel natural con un estudio de paisaje. Según el convenio, la propiedad cederá al Ayuntamiento los nuevos restos arqueológicos que puedan aparecer durante el movimiento de estas tierras.
El Molino de la Bóveda
La
industria harinera fue el
motor industrial de Torremolinos desde la baja Edad Media a finales del siglo XIX. Esta industria y su infraestructura determinaron el desarrollo urbanístico de este municipio con las construcciones alrededor del cauce que partía de los manantiales, donde su ubicaban los Molinos de Inca, Cea y Batán, y que llegaban a la playa. A lo largo del recorrido se instalaron numerosos molinos, algunos de ellos con varios siglos de uso.
El Molino de la Bóveda es un
inmueble que data del siglo XV al siglo XVIII, que ha sido
molino, vivienda y restaurante. Estos cambios, sin embargo, no han transformado sustancialmente su concepto de casa-taller, aunque
parte de la distribución interior sí ha sido modificada parcialmente.
El
edificio está articulado en torno a
dos naves, que siguen un
esquema en forma de L y con
dos plantas cada una de ellas.
Rescatar la historia de la ciudad
Durante la firma del convenio, el
alcalde celebró “la r
ecuperación de patrimonio histórico tan importante que supone una seña de identidad de la ciudad, especialmente a coste cero para las arcas municipales”, al mismo tiempo que avanzó que
en los próximos días se dará a conocer la empresa que se encargará de la gestión del hotel.
Por su parte, el
administrador de la propiedad, José Miguel Martín Sutil, destacó la “conservación de los intereses de la ciudad, en un
modelo de urbanismo que no puede ser depredador”. Martín estuvo acompañado por el
arquitecto responsable del proyecto, Jesús del Moral.
La edil de Urbanismo,
Maribel Tocón, aclaró que
este convenio irá al próximo pleno de este mes para su ratificación. “Han sido
muchos los intentos del Ayuntamiento por recuperar este espacio singular y emblemático, pero ha sido
inviable hacerlo con fondos propios. El molino siempre ha estado ahí, pero no lo veíamos.
Ahora podemos decir que el Molino, además, es nuestro”, cerró su intervención.